miércoles, 27 de marzo de 2019

"La Buena Política está al Servicio de la Paz"


El sábado, 23 de marzo de 2019 se realizó, como cada año, en la Diócesis Nivariense, la Marcha por la Paz desde Chimisay hasta la Villa de Candelaria, pasando por la cueva de Chinguaro.
Precisamente,  este recorrido es el mismo que hizo la imagen de la Virgen de Candelaria cuando, un grupo de guanches la encontraron en la Playa de Chimisay, el Socorro.

Un grupo de la parroquia de Güímar realizó la acogida  y repartió a los presentes un marca-libros con las “Bienaventuranzas de los políticos”, oración escrita por el cardenal Van Thuan:
1.- Bienaventurado el político que tiene una alta consideración y una profunda conciencia de su papel.
2.- Bienaventurado el político cuya persona refleja credibilidad.
3.- Bienaventurado el político que trabaja por el bien común y no por su propio interés.
4.- Bienaventurado el político que permanece fielmente coherente.
5.- Bienaventurado el político que realiza la unidad.
6.- Bienaventurado el político que está comprometido en llevar a cabo un cambio radical.
7.- Bienaventurado el político que sabe escuchar.
8.- Bienaventurado el político que no tiene miedo.

Seguidamente, congregados en torno a la ermita de Chimisay, unos 150, en su mayoría adolescentes y jóvenes, se repartió un folio en blanco para realizar un sencillo trabajo de papiroflexia formar o construir una paloma de papel.  Con la paloma de papel en la mano, signo de ser mensajeros de la Paz, escuchamos las palabras de nuestro Obispo Bernardo con la oración del Padre Nuestro y el canto del Ave María como inicio de la marcha.
Salimos, desde la ermita de Chimisay, El Socorro, en dirección hacia la Cueva de Chinguaro atravesando el barrio del Socorro y una parte del Polígono Industrial de Güímar… para continuar por zonas agrarias, muchas abandonadas o con poca actividad agrícola; terrenos que no se cultivan o se labran…
 Al llegar a la Cueva de Chinguaro nos reunimos en círculo entorno a una mesa en la cual las ramas de olivo y el mensaje ACHMAYEX GUAYAXERACH ACHORON ACHAMAN fueron la clave para que el grupo de jóvenes de la Iglesia de la Concepción de La Laguna, iniciara la oración y reflexión sobre cómo vivir y compartir la Paz.

En este ámbito se hizo un análisis de la situación de este mundo fraccionado y roto por las situaciones de políticas erróneas generadoras de enfrentamientos, guerras, malos deseos, abuso de poder, violencia, mentiras, egoísmo, conflictos, injusticias…   para, seguidamente, realizar una mirada cristiana, desde el Amor de Dios Padre, descubriendo que es posible crear políticas que nos ayudan a reconstruir el mundo con actitudes como el servicio al pueblo, amar a nuestros enemigos, el Amor, poner buena Voluntad, Respetar Derechos, cumplir con Obligaciones, Escuchar, Diálogo, Humanidad, Empatía.  Terminamos recibiendo un ramito de olivo con la inscripción de la palabra Paz en varias lenguas… y, así, reiniciamos la marcha por la Paz convencidos de que “construir el mundo” con valores como los citados anteriormente son los mejores caminos para vivir juntos en fraternidad; continuamos la marcha por la Paz leyendo, juntos, un salmo de Esperanza…

Creo que todos nos sentíamos peregrinos y, como tales, nos dirigimos a la Basílica de Nuestra Señora de Candelaria.

En la eucaristía pudimos reflexionar sobre todo lo vivido en la marcha, ofreciéndoselo a Dios Padre. Cada uno de los asistentes, peregrinos de la paz, colocamos, sobre una pancarta donde había dibujado una paloma, nuestro pequeño compromiso de cómo debemos trabajar y luchar por la Paz   Teniendo siempre en cuenta que nuestros deseos deben estar acompañados por la oración que es la que nos lleva a cumplir el compromiso de trabajar por la Paz… no se trata de rezar para que la Paz llegue por medio de una lotería sino de que nos empeñamos en construir La Paz… y la vivamos, como decía Francisco Tobalina:  “La Paz es Plenitud de Vida, es comunicación humana, una comunicación humana basada en la Justicia y el Amor”.
Pensar así es tener siempre presentes todas las realidades de nuestras vidas y, en especial de aquellos países o realidades que no aparecen frecuentemente en los medios de comunicación.
Al hilo de lo que en este día proclamaban las lecturas de la liturgia conviene recordar que Padre Dios no nos castiga creando conflictos… claro que no… Las personas que huyen de las guerras, que se ven obligados a migrar en patera… no son personas malas. Son mujeres y hombres como nosotros. Familias que tienen que sacar adelante a sus miembros. Por eso, “debemos pedir a Dios que ponga en nuestros corazones la bondad necesaria para que sepamos aceptar y acoger al otro”.
Terminamos la Eucaristía recordando y meditando la oración de San Francisco. “Señor haz de mí un instrumento de tu Paz”.

José Angel Hernández Duarte

No hay comentarios:

Publicar un comentario