Lo fácil es quejarse. Lo difícil es aportar
soluciones. Como hacen las Esclavas de la Virgen Dolorosa de Pozuelo (Madrid),
con su residencia Mater Amabilis para madres solteras, acogiéndolas a ellas y a
sus niños.
El equipo de Actuall dio con estas monjas cuando en una de las
reuniones de Redacción de Actuall se preguntaban "dónde encontrar un aguja en
el pajar: una noticia constructiva, en medio del fragor diario de guerra,
corrupción, estafa, paro e impuestos".
Objetaba Javier Torres que el periodismo vive del
conflicto, que sin malas noticias no hay noticias. Rosana Ribera, directora
adjunta, añadía que el problema de lo constructivo es que es invisible y no
suele hacer ruido. Pero si no haces ruido en la sociedad del espectáculo, no
eres nadie, apostillaba Pablo González de Castejón.
Fue entonces cuando Tamara García Yuste propuso
hacer un video-reportaje sobre los que salvan vidas del aborto. Buscaron en
casas-cuna y dieron con las monjas de Mater Amabilis. Lo tenían todo: aportan
soluciones a terribles dramas personales ante los que el Estado se encoge de hombros;
hacen el bien, pero no en abstracto, sino de manera tangible: biberones,
pañales, medicinas; y, desde luego, no buscan el espectáculo.
Tamara y Joana Ortiz, estuvieron un día entero grabando en la casa-cuna de Pozuelo. Reportaje que
completaron, después, con grabaciones y entrevistas en otros centros de acogida
para madres solteras.
El vídeo de minuto y medio que se ofrece aquí. En él se pueden ver dos
tipos de heroínas: las monjas y las madres solteras.
Haz clic
para ver el video.
“Lo que más me impresionó” dice Tamara, 26 años,
“es la juventud de las madres solteras. La hermana Josefa nos contó que las más
mayores no superan los treinta años”.
Algunas de ellas se plantearon abortar, porque su
situación económica era desesperada y carecían de apoyos, pero… Ahora ven a los
hijos que han tenido y … “te miran con ojos de arrepentimiento y de dolor sólo
por el hecho de haberlo pensado” explica Tamara.
Y añade, “creían que no tenían futuro, que su
vida era un callejón sin salida” y ahora “algunas están aprendiendo a escribir,
y a adquirir una cultura general para poder ayudar a sus hijos”.
Tanto a Joana como a Tamara les sorprende la
capacidad de las monjas de Mater Amabilis para sacar la residencia adelante con
escasísimos recursos, buscando debajo de las piedras, para alimentar y mantener
a la treintena de madres solteras y a sus niños.
Joana Ortiz destaca una cosa por encima de las
demás: “La capacidad de entrega de la hermana Josefa. Habla de las mujeres y
sus hijos con un cariño infinito y busca por todos los medios conseguir más
recursos para hacerles la vida más fácil a las madres y los niños,
ofreciéndoles una segunda oportunidad”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario