lunes, 5 de agosto de 2024

¡Resolver juntos nuestros problemas!

Con los ojos fijos en Él, en la realidad y la fe. 

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz. Carta Nº 248 – 4 agosto 2024 

La democracia tiene inherente un gran e indudable valor: el de estar "juntos", el de que el ejercicio del gobierno tenga lugar en el contexto de una comunidad que se confronta libre y secularmente en el arte del bien común, que no es sino un nombre diferente de lo que llamamos política. Democracia es resolver juntos los problemas de todos. Papa Francisco, En el Corazón de la Democracia, 2023. 

En Ecuador en febrero de 2025 acudiremos a las urnas, pero de hecho ya estamos asistiendo a una campaña anticipada, no oficial de los diversos actores políticos que se aprestan a una lucha por llegar al poder en esas elecciones. En la población ecuatoriana hay cierto hastío, decepción y cansancio electorero, estamos cayendo en lo que Papa Francisco llama el "escepticismo democrático".

Más grave aún, hay sectores políticos que promueven la polarización y confrontación en la ciudadanía que pueden generar, en casos extremos, algunos hechos de violencia. Esto no ocurre solo en nuestra patria, lo vemos, quizás con mayor virulencia, en países hermanos como Venezuela o Perú, incluso esto mismo se da en los Estados Unidos de Norteamérica.

Es claro que en política es legítimo el deseo de acceder al poder, lo que no es lícito ni democrático es pretender adueñarse de todas las instancias del Estado, buscando un poder casi absoluto y quebrando los necesarios equilibrios que establecen la constitución y las leyes. Para conseguir esos fines utilizan diversas estrategias como la intimidación, la confrontación o la contaminación de la opinión pública con la complicidad de algunos medios y las novedosas redes sociales.

En muchas ocasiones son los poderes en la sombra, a los que nadie ha elegido ni conoce, los que definen y marcan las políticas públicas, defendiendo y fortaleciendo sus intereses sectoriales y olvidándose del pueblo y del bien común. Esto obedece también a que la gran mayoría de nuestros partidos o movimientos políticos carecen de una ideología que responda a un plan de gobierno consistente y concreto para el desarrollo del país. Así vemos que aparecen candidatos totalmente advenedizos, oportunistas, improvisados, cuya principal carta de presentación es su ambición personal de poder y su deseo de figurar para lo cual encuentran con facilidad tiendas políticas de alquiler, presta nombres y que se ofrecen al mejor postor.

Sin duda en este momento que se están estableciéndose 'las candidaturas’, es posible que fluyan pugnas internas en los partidos y aparezcan candidatos y candidatas sin ideología ni pensamiento consistente y coherencia en sus acciones.

Tenemos claro que una auténtica democracia es más que el mero ejercicio de sufragar. En campaña vemos a los políticos que ofrecen maravillas y, cuando ganan las elecciones y acceden al poder, se olvidan de sus mandantes, de sus ofertas, de sus necesidades y esperanzas e incumplen sus promesas, pero promueven y apoyan los intereses concretos de ciertos grupos económicos y/o financieros.

Tenemos una democracia formal, representativa, ejercida con el voto, pero no es realmente participativa ni da respuesta a las necesidades de empleo, salud, educación y seguridad de las grandes mayorías. Sin duda, como pueblo, necesitamos formación política que nos permita superar ese escepticismo, confusión y anomia, para superar las dolorosas situaciones y generar cambios necesarios y urgentes.

Solo con educación cívica y política permanente romperemos la actual inercia frustrante y paralizante, ese círculo vicioso de promesas incumplidas. Debemos asumir, con actitud participativa y activa, desde nuestras familias, en los barrios y comunidades, en los centros de educación, ante nuestros gobiernos autónomos descentralizados y el gobierno nacional un compromiso que rompa con el engaño, la alienación y el desinterés. Las quejas y los lamentos se diluyen y se pierden.

La utopía del Señor Jesús: Si alguno quiere ser el primero, que se haga el último y el servidor de todos (Marcos 9;35,) es un reto vigente, el poder de los políticos es efímero. Ellos se sirven del pueblo, no le sirven. Solo organizándonos y trabajando “juntos” construiremos un sistema democrático participativo, diferente al que tenemos, enfocado al bien común y mediante el esfuerzo conjunto, entre autoridades y pueblo, resolveremos los problemas que nos aquejan a todos.  #ComuniquemosEsperanza

("Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas).


Articulo original:
 http://www.justiciaypaz.org.ec/2024/08/carta-no-248-resolver-juntos-nuestros.html

Para contactar: cjusticiaypaz@gmail.com y justicia_ypaz@yahoo.com

PARA LA REFLEXIÓN Y LA PRAXIS:

  • ¿Nos suenan estas cosas que denuncia la Carta 248 a lo que ocurre en España?, ¿qué ejemplos pondríamos?.
  • ¿Qué estrategias podríamos poner en marcha, qué procesos desarrollar para que el ejercicio de la política en nuestra comunidad autónoma de Canarias y en España tienda al Bien Común y no al beneficio particular de algunos?. 
  • ¿Cómo organizarnos?, ¿qué estructuras tenemos ya que nos puedan servir para esa organización en la que todos podamos contribuir a construir el país que queremos?.
  • ¿A qué nos podemos comprometer para ir dando pasos en esa dirección desde ya?.

No hay comentarios:

Publicar un comentario