lunes, 26 de agosto de 2024

¿Qué futuro esperamos?

Con los ojos fijos en Él, en la realidad y la fe. 

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz. Carta Nº 251 – 25 agosto 2024 

“Cuando la vida interior se encierra en los propios intereses” y no “hay espacio para los demás” no se goza más de “la dulce alegría” del amor.

En efecto, “no se puede ser felices solos” “porque Dios ama al dador alegre” (2Cor 9,7) “Si logro ayudar a una sola persona a vivir mejor, esto es ya suficiente para justificar el don de mi vida” (Evangelii Gaudium, 182).  "La felicidad no es algo que se compra en el supermercado, la felicidad viene solo de amar y dejarse amar”. Papa Francisco. 

Aparentemente nos sentimos bien, pero estamos en shock, nos sentimos vulnerables, frágiles, inseguros, con miedo y temor. Aunque no lo admitamos, nuestras vidas han cambiado radicalmente. La politiquería mina nuestra confianza, la pandemia COVID 19 nos dejó una honda huella, la inseguridad y violencia carcome nuestra cotidianidad, la corrupción e impunidad nos azota, la falta de trabajo nos desespera, la ausencia de un sistema de salud y de medicinas nos pone en riesgo permanente, la migración desgrana las familias y pone en peligro a miles de personas que salen “en busca de un mejor futuro”, a más de las preocupaciones diarias que como personas tenemos.

Aún no comprendemos completamente lo que nos sucede como individuos y sociedad. La realidad cambia tan rápido que no alcanzamos a procesar un hecho cuando ya surge otro. Cada día enfrentamos experiencias que nos impactan y nos dejan sin capacidad de reacción. Los noticieros y redes sociales amplifican la violencia, mientras minimizan lo positivo y difunden desinformación. Nos volvemos dependientes del celular, usándolo desde que despertamos hasta que nos acostamos, desconectándonos de la realidad y refugiándonos en una virtualidad que nos distrae de los problemas reales.

Estas situaciones están normalizándose, las vamos aceptando, nos estamos acostumbrando a vivir con ellas. Casi nada nos sorprende, ante un hecho bochornoso apenas decimos “qué horror” y seguimos en nuestras cosas. El individualismo está desplazando a la vida comunitaria, el consumismo nos carcome y somete, el tener y acumular son las metas prioritarias para muchos.

Sin darnos cuenta nos hemos llenado de frustraciones que nos han llevado a desconfiar de todos y de todo. Desconfiamos de los políticos, de la democracia, de las elecciones, de los partidos políticos, de los compañeros de trabajo, de los conocidos, de ciertos amigos y a veces hasta de nosotros mismos. Las dudas nos asaltan por doquier. Vivimos en medio de un mundo raro, lleno de frustraciones e incógnitas. Nuestra salud mental, estabilidad emocional, equilibrio afectivo, ecuanimidad social están seriamente afectadas. Manejarlas se vuelve muy complejo y complicado. Estamos sometidos a mucha presión psico-socioafectiva. Si esta situación la enfrentamos solos, fácilmente podemos hundirnos y sucumbir o desviarnos por caminos tortuosos. Para enfrentarlas es necesario e imprescindible fortalecernos espiritualmente, alimentar nuestra fe y cultivar nuestra interioridad para caminar en comunidad, compartir las dudas, los miedos, los temores, las decepciones, las frustraciones, pero también los sueños, las alegrías y las esperanzas. Tenemos más preguntas que respuestas, pero en comunidad podemos encontrar respuestas a esas preguntas que para nosotros carecían de solución.

En medio de los pantanos, donde todo parece desolación, nace, con una belleza única, la flor de loto. Pese a todo, podemos renacer si caminamos en comunidad, si nos unimos para vencer adversidades y recuperar nuestra salud mental y equilibrio emocional. De esta manera, podremos enfrentar con esperanza y paciencia esta realidad áspera, violenta, insegura, dolorosa, temible y desconcertante. Debemos ser como la flor de loto para atravesar estos complejos procesos y sobrevivir a estos momentos difíciles. Bajo la luz de la fe y sabiéndonos amados por Dios, entendemos que nuestro futuro depende de lo que hagamos aquí y ahora. Somos más futuro que pasado.  #ComuniquemosEsperanza

("Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas).


Articulo original:
 http://www.justiciaypaz.org.ec/2024/08/carta-no-251-que-futuro-esperamos.html
Para contactar: cjusticiaypaz@gmail.com y justicia_ypaz@yahoo.com

PARA LA REFLEXIÓN Y LA PRAXIS:

  • ¿Qué situaciones vive Ecuador y que ensombrecen su futuro?. ¿Podríamos decir que también en Canarias y España vivimos situaciones al menos similares?, ¿cuáles?, ¿cómo se manifiestan?.
  • ¿Qué claves apunta la Carta 251 para darle la vuelta a esas situaciones?. ¿Añadiríamos nosotros alguna más a ésas?, ¿cuáles y por qué?.
  • ¿Cómo podríamos crear más consciencia de comunidad entre nosotros y con capacidad de que podemos transformar nuestras realidades?.
  • ¿A qué podríamos comprometernos en nuestras familias, en las comunidades cristianas, en nuestros ámbitos sociales, políticos, culturales,... donde ejercemos nuestro compromiso para ser como la flor del loto de nuestros pantanos?.

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