lunes, 4 de diciembre de 2017

EL HOMBRE Y LA MADRE TIERRA: Las conciencias oprimidas

ACTUAR: ¿qué podemos hacer POR EL HOMBRE Y LA TIERRA?.

"El oprimido más oprimido es aquél que se resigna a estar oprimido".

Seguimos hablando de criterios básicos, que tienen que estar detrás de todo proceso liberador del Hombre y la Tierra: Hemos hablado en el apartado (I) de Conciencia Crítica, Política e Histórica. Pero ¿qué sucede en la realidad?. Hay otras clases de conciencia antagónicas a ellas: las conciencias oprimidas;  y frente a ellas están conciencias liberadas.

Las conciencias oprimidas.

Éstas corresponden a personas que son víctimas de la INMERSIÓN DE LA CONCIENCA U OPRIMIDA, es decir, personas cuya conciencia está sumergida, hipotecada, manipulada, alienada, secuestrada, que se expresa en tres actitudes principales de conciencia: ingenua, mágica y mítica:

1.- Ingenua (la más frecuente):

Es la de aquellas personas que dicen: “Esto siempre fue así, esto no tiene solución, esto no hay quien lo arregle”. Se nos ha hecho creer que era así. Pero lo cierto es que no siempre fue así, ni tiene por qué ser así: la desigualdad en 1960 era de 1 a 30, en 1995 ya era de 1 a 71 y en 1999 ya era de 1 a 82 Si comparamos países: la diferencia entre la R. D. del Congo con Suiza es de 1 a 214 (fuente: Osfan).
El 1% de la población mundial, que tienen cada uno un patrimonio mínimo valorado en 667.000 euros o más, poseen tanta riqueza como el 99% del resto de la población del mundo. Esta enorme desigualdad entre los privilegiados y el resto de la humanidad, aumentó constantemente desde 2008. Para los ricos no hubo crisis, sino más riqueza, según un estudio de Credit Suisse.
Algunos grandes ricos como Amancio Ortega, Bill Gates, Warren Buffet, Carlos Slim, etc. donan grandes cantidades para la atención asistencial a los pobres, pero sin conciencia crítica para preguntarse por qué hay pobres, porque si se lo preguntaran se descubrirían a sí mismos como causantes de los pobres.
Ser ingenuo es muy peligroso, porque el ingenuo se da por conforme y no lucha por superar su opresión y acaba por resignarse a ser oprimido.
Los dictadores y los opresores son dictadores y opresores hasta que el oprimido quiere.

2.- Mágica:

Es la de aquellas personas que quieren resolver su situación mediante un golpe de magia o suerte: las quinielas, el cupón, los juegos de azar, la primitiva, las loterías, los concursos televisivos, etc. Un país no se construye así, porque eso no produce nada; un país se construye trabajando. El trabajo digno es la forma normal de salir de la pobreza. El trabajo digno dignifica al hombre y da sentido a su vida. Vivir del asistencialismo, de la limosna, de pedir, de la caridad, no es vivir dignamente.

3.- Conciencia Mítica:

Es evadirse y dejarse seducir por los señuelos y los mitos del mercado: futbolistas (un futbolista del Barcelona acaba de firmar contrato con una cláusula de rescisión de 700 millones de €), deportistas, cantantes, famosos, concursos de la TV, artistas, modistos y modas, etc. Hay personas que apenas ven otra cosa en la TV que futbol y concursos.
Y como dios supremo de todo esto, está el dinero, que es el gran ídolo de nuestro tiempo, al cual se sacrifica todo: la ética, la honradez, la justicia, el respeto, la nobleza, la lealtad, al compasión, la solidaridad, el medioambiente...

Por eso tiene razón el hermano Papa Francisco cuando dice: “Cuando el capital se convierte en ídolo y dirige las opciones de los seres humanos, cuando la avidez por el dinero tutela todo el sistema socioeconómico, arruina la sociedad, condena al hombre, lo convierte en esclavo, destruye la fraternidad interhumana, enfrenta pueblo contra pueblo y, como vemos, incluso pone en riesgo esta nuestra casa común”. (Discurso a los Movimientos Populares en Bolivia).

El neoliberalismo, que es lucha por el dinero, no quiere que el pueblo piense, sino que consuma y duerma, porque un pueblo cebado de consumismo y dormido no molesta, ni a los negociantes ni a los políticos.
El neoliberalismo quiere que la mentira del opresor se haga verdad en la mente del oprimido, porque lo ve como cosa a utilizar, no como persona. El neoliberalismo quiere que el oprimido tenga en el opresor su testimonio y modelo de hombre. Por eso los oprimidos nunca podrán ser liberados por los opresores.
Las conciencias Mágica, Mítica e Ingenua producen personas manipuladas, y como consecuencia una sociedad anestesiada, manipulada, oprimida, superficial, paralizada, y que el río y el pescado sean para los opresores.

Frente a estas tres clases de CONCIENCIA, están la CONCIENCIA CRITICA, POLÍTICA E HISTORICA, que conducen a la EMERSION de las Conciencias. Ayudan a las personas a salir a flote, a no ahogarse, a liberarse, a tener sentido profundo de la propia existencia y dar razón de si mismas y del mundo en que viven, que dan valor a su vida, a la de los demás y a toda la creación, como un todo inseparable.
Las conciencias Crítica, Política e Histórica producen personas libres y una sociedad consciente, crítica, liberadora, movilizada, ilusionada por la vida, por la felicidad de todos y de todo, y que el río sea para todos, para que no haya ni oprimidos ni opresores, conduciendo a la liberación integral de ambos y todos a la liberación del planeta.
En esta acción transformadora y perfeccionadora de la sociedad tod@s y todo dependemos de tod@s y de todo: va dirigida no sólo a las personas, sino a todo, porque tod@s y todo dependemos de tod@s todo, tod@s influimos en todo@s y en todo. Nadie ni nada nos es ajeno.
De ahí que la educación liberadora del pueblo, con todo lo que implica de adquisición de una conciencia crítica, política e histórica, sea la tarea más urgente a desarrollar en el seno de las masas populares, tanto por creyentes, como por ateos, agnósticos, librepensadores..., pues en ello está en juego el futuro de todo el sistema Tierra. Para ser personas adultas y maduras, como seres humanos y a la vez como creyentes,  es imprescindible  tener conciencia crítica, política e histórica.
  
Por eso tiene razón el hermano Papa Francisco cuando dice: “Si no hay verdades objetivas ni principios sólidos, fuera de la satisfacción de los propios proyectos y de las necesidades inmediatas, ¿qué límites pueden tener la trata de seres humanos, la criminalidad organizada, el narcotráfico, el comercio de diamantes ensangrentados y de pieles de animales en vías de extinción?. ¿No es la misma lógica relativista la que justifica la compra de órganos a los pobres con el fin de venderlos o de utilizarlos para experimentación, o el descarte de niños porque no responden al deseo de sus padres?. Es la misma lógica del «usa y tira», que genera tantos residuos sólo por el deseo desordenado de consumir más de lo que realmente se necesita” (Laudato Si, 123).

Hoy los negocios ilícitos más lucrativos del mundo son:
  1. la droga (más de 320.000 millones al año),
  2. las armas (entre 170.000 a 200.000 millones),
  3. la prostitución (unos 100.000 millones; en España unos 5 millones al día, casi siempre en burdeles de mujeres traídas engañadas del Tercer Mundo, sobre todo de Africa y América).
Por eso tiene razón el hermano Papa Francisco cuando dice: “Entre los componentes sociales del cambio global se incluyen...la fragmentación social, el crecimiento de la violencia y el surgimiento de nuevas formas de agresividad social, el narcotráfico y el consumo creciente de drogas entre los más jóvenes” (Laudato Si,46)

La conciencia manipulada produce súbditos, no ciudadanos; consume bienes superfluos que no necesita porque el productor le ha hecho sentir necesidad de ellos; su vida está definida por el tener; la conciencia manipulada es excluyente y echa fuera, incluso a la cárcel, al que no puede consumir porque tiene que robar para vivir. El productor capitalista crea dependencias adictivas en el consumidor manipulado para que consuma más: juego, alcohol, tabaco, drogas, sexo, modas, lujos, vacaciones exóticas... Es la dictadura del productor que conduce al superconsumo: esclaviza al hombre y a la tierra.

En cambio la conciencia crítica consume sólo bienes necesarios. Su vida está definida por el ser; elige lo que quiere consumir y controla al productor y este tiene que producir lo que el consumidor le exige y cómo se lo exige; consume lo justo para que el consumo sea universalizable y no haya empobrecidos. La conciencia crítica desecha lo corrupto y sanea el mercado. Es la democracia del consumo justo, liberador, responsable y felicitante: libera al hombre y a la tierra.

Por tanto hay que empoderar a los oprimidos para que luchen por sí mismos para ser los protagonistas de su propia liberación integral en compromiso indisoluble con la Madre Tierra, pues  sin la liberación de ambos no hay liberación verdadera.

Un cordial abrazo a tod@s.-Faustino

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