Querid@s
amig@s colaboradores y cooperantes en la lucha por un mundo
mejor. Seguimos ampliando y profundizando un poco más en lo concerniente a esta relación Hombre-Tierra.
Escenario de la Tierra.
En los tres comentarios anteriores nos ocupamos sucintamente del Escenario del Hombre. Con lo expuesto creemos que hay más que de sobra para reflexionar.
Ahora
pasamos a ocuparnos un poco del Escenario de la Tierra, teniendo siempre en cuenta que Hombre y Tierra estamos inseparablemente unidos, con una diferencia:
la Tierra no depende nosotros, pues se desarrolló millones de años sin nuestra
presencia, pero nosotros sí dependemos inevitablemente de ella, que fue capaz
de avanzar tanto que llegó a la hominización, a generar el ser humano, a
nosotros, que debemos ser su mente y su corazón, para conocerla, amarla,
cuidarla y cultivarla.
Si bien es una insignificancia en el conjunto del Universo, sin embargo es el planeta más bonito de todos los hasta ahora conocidos. Con razón, como lo hacen los indígenas de América, podemos y debemos llamarla Madre Tierra.
Si bien es una insignificancia en el conjunto del Universo, sin embargo es el planeta más bonito de todos los hasta ahora conocidos. Con razón, como lo hacen los indígenas de América, podemos y debemos llamarla Madre Tierra.
- Edad:
4500 millones de años
- Diámetro:
12742 Km.
- Temperatura
interior: 6700 grados
- Presión
interior: 1'3 millones de atmósferas
- Masa:
5'9 trillones de toneladas
- Velocidad
media alrededor del sol: 29'8 Km/s
A
partir del C. Vaticano II, y sobre todo con la Teología de la Liberación los pobres
han pasado a ocupar
el primer plano en la reflexión cristiana de muchos creyentes, y ahora
especialmente en la
preocupación por ellos del Papa Francisco. Con la profundización ecológica, la
tierra ha de escalar
el mismo puesto. Hoy sólo se puede hacer verdadera Teología, coherente con el
Evangelio, con y desde los oprimidos del mundo: el Hombre y la Tierra. Él y
Élla están siendo objeto de muerte por la misma causa. Es necesario hacer la
Teología de la Tierra, porque el Hombre y la Tierra somos inseparables.
Estamos tan unidos que todos los seres vivos, desde la ameba más primitiva, hasta llegar al homo sapiens de hoy, estamos marcados y unificados por el denominador común que es la universalidad del código genético. Es tal la interrelación Hombre-Tierra que lo que afecta a uno afecta inevitablemente al otro. Pero hay una diferencia: es el hombre el que depende de la Tierra, de tal manera que de cómo tratamos la Tierra depende cómo tratamos al Hombre. Cuando el 99.98 % de la creación estaba ya hecho, hemos surgido los seres humanos como sus hijos predilectos: la Tierra no nos necesita, nosotros la necesitamos a ella, dependemos inevitablemente de ella, que tan sólo necesita que la respetemos, la guardemos y la cuidemos. Es más, tal como la estamos tratando actualmente, consumiendo un 30% más de lo que es capaz de reponer; en estos momentos ella estaría mucho mejor sin nosotros que con nosotros.
La Tierra hoy.
Hoy la Tierra es un pobre más entre los empobrecidos del mundo por el mal trato que recibe. La Tierra está enferma porque enfermo está el Hombre que la maltrata. Tratar mal la Tierra es tratar mal al hombre. El grito del Hombre oprimido y el grito de la Tierra oprimida van a la par. La Tierra tiene fiebre, y cada día más. Por ejemplo, la temperatura del Mar Cantábrico subirá medio grado por decenio.
Por eso
tiene razón el hermano Papa Francisco cuando dice: “Entre los pobres más abandonados
y maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra”, (Enc. Laudato Si,2);“... "el gemido de la hermana tierra, que se une al gemido de los
abandonados del mundo, con un clamor que nos reclama
otro rumbo. Nunca hemos maltratado y lastimado nuestra casa común como en los
últimos dos siglos” (Laudato Si,53).
Luchar por la tierra es luchar por los pobres, luchar por los pobres es luchar por la Tierra.
Ellos y
ella están siendo empobrecidos por los mismos empobrecedores.
Pero
hay una diferencia: los empobrecidos tienen capacidad de hacerse conscientes de
su perversa situación de explotados, porque tienen pensamiento. Pero la tierra
no tiene pensamiento: el pensamiento de la tierra es el hombre. La tierra, en
sí, sufre la opresión sin capacidad de caer en la cuenta de que está siendo
oprimida: durante millones de años, a través de la selección evolutiva
filogenética, impresa indeleblemente por el Creador en el origen del Universo,
en la Cosmogénesis, fue capaz de producir la inteligencia: el ser humano,
alguien capaz de reconocer el inmenso y prolongado esfuerzo de la Tierra hasta llegar
a la hominización, pero éste, en lugar de mostrarse lleno de inmensa gratitud y
reconocimiento a su Madre Tierra, se está volviendo su maltratador, su
explotador, su cruel tirano, para ella y para su mejor fruto EL SER HUMANO, en
vez de ser cada vez más su pensamiento, su hermano, su amigo, su amor
consciente. El ser humano es la misma Tierra en su expresión de conciencia,
libertad y amor. La mujer y la tierra son el vientre del ser humano.
El mal
trato a la Madre Tierra le está causando innumerables agresiones, las cuales a
su vez se convierten en causa de nuevas agresiones por:
El
Petróleo: La mayor fuente de contaminación del mundo es el petróleo y sus
derivados: Con 606 pozos de petróleo, el delta del Níger de Nigeria estuvo
exportando más de 1 millón de barriles de petróleo por día sólo a EEE.UU.; el
Delta del Níger es la capital mundial de contaminación por hidrocarburos. La esperanza
de vida en sus comunidades rurales, casi la mitad de las cuales no tienen
acceso al agua potable, es de tan sólo de 52.5 años, a causa del petróleo que
contamina sus tierras. Antes de la explotación del petróleo el delta era el
paraíso agrícola de Nigeria, donde aun había un 28 % de pobres. Después de la explotación
del petróleo son pobres el 70 %. Quedaron sin agricultura y el beneficio del
petróleo se lo llevan fuera las multinacionales petroleras. ¡Más les valdría no
tener petróleo!.
Las productoras de petróleo más grandes en bpd (barriles de petróleo al día): Saudí Aranco: 10,2 bpd. Gazprom (Rusia):8,3 bpd. National Iranian Oil: 4,2 bpd.
Contaminación por Anhídrido Carbónico: CO2, Metano: CH4, Dióxido de Nitrógeno: NO2.
Repercusión del desarrollo industrial: hasta el año 1800 el nivel de estos gases se mantuvo prácticamente estable. A partir del comienzo de la era industrial su crecimiento es vertiginoso. Entre 1970 y 2004 el aumento de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) fue del 70 %. Son la causa del calentamiento global del planeta y la subida del nivel de los mares, al lado de los cuales está la mayor parte de la población del planeta, así como de la contaminación del aire, que es el alimento más necesario e imprescindible desde el momento de nacer.
Estos
gases los producimos los países ricos con materias primas de los países pobres,
a los que les
devolvemos las consecuencias del cambio climático como la subida de
temperaturas, la ausencia
de lluvias y aumento de los desiertos, sobre todo en Africa, que crecen
alarmantemente.
- Combustibles fósiles:
57 %
- Deforestación:
17 %
- Metano CH4: 14 %
- Oxido de nitrógeno NO2: 8 %
- Otros
CO2: 3 %
- Gases fluorados: 1 %
2.- CURVAS
DE CRECIMIENTO DE LA CONTAMINACIÓN:
El comienzo de la era industrial, en torno al año 1800, ha sido verdaderamente crítico para todo el Sistema Tierra, afectando a toda la vida del Planeta.
Concentración
progresiva de CO2 hasta el año 2015, en que se alcanza la concentración de 400 ppm, el
principal responsable del calentamiento global, que nos está conduciendo a un
cambio climático
cada vez más irreversible. Al inicio de la era industrial había solo 278 ppm.
Era una concentración
que representaba un balance natural entre la atmósfera, los océanos y la
biosfera.
Este equilibrio está roto. La fuente más importante de emisiones de CO2 a nivel mundial proviene del combustible quemado en el transporte de productos y pasajeros, coches, camiones, autobuses, barcos, aviones, así como de los procesos industriales (papeleras, cementeras, refinerías, metalúrgicas, etc.)... (Fuente OMM).
Por eso
tiene razón el hermano Papa Francisco cuando dice: “Numerosos estudios
científicos señalan que la mayor parte del calentamiento global de las últimas
décadas Concentración de dioóxido de carbono, CO2, en el observatorio Mauna Loa
(Hawaói) se debe a la gran concentración de gases de efecto invernadero
(anhídrido carbónico, metano, óxidos de nitrógeno y otros) emitidos sobre todo
a causa de la actividad humana” (Laudato Si,23).
¿Qué es el efecto invernadero?.
Explicado de forma muy sencilla consiste en lo siguiente: Los rayos del sol llegan a la Tierra, después de recorrer un espacio de 150 millones de Kilómetros, y chocan con su superficie, la calientan y rebotan sobre ella para escapar de nuevo al espacio exterior. Pero si al salir chocan con las moléculas de la capa de gases, como el CO2, que rodean el planeta, revotan en ellas y vuelven a caer de nuevo sobre la superficie de la Tierra y por tanto vuelven a calentarla. A más gases, más rayos rebotados, y más aumento de la temperatura de la Tierra, tanto la parte continental como oceánica. En 2016 se batió, de nuevo, el récord de temperatura global media.
Este calentamiento está haciendo que el aire y los océanos se calienten, se derrita más cantidad de nieve y hielo en las regiones polares de la tierra y que ascienda el nivel del mar.
Por
ejemplo, la temperatura del Mar Cantábrico subirá medio grado por decenio,
además de alterar
el paisaje submarino y hacer desaparecer los bosques de algas, que utilizan
gran cantidad de vida
marina para guarecerse y alimentarse. Su desaparición causaría un gran daño al ecosistema
marino.
La Declaración anual sobre el estado del clima mundial, publicada el pasado 21 de marzo por la Organización Meteorológica Mundial plantea un escenario preocupante: La temperatura ya ha subido más de un grado sobre niveles preindustriales y la concentración de dióxido de carbono ha superado las 400 partes por millón, superando en aproximadamente 14% el nivel considerado seguro (350 ppm).
Durante
el año pasado, según el informe, el cambio climático ha sido el principal
causante de desastres
naturales como las sequías que han azotado al sur y el este del continente
africano, o el Huracán Matthew, que dejó al menos 603 muertos, la mayoría en
Haití. Matthew provocó , además, pérdidas económicas por valor de más de 15.000
millones de dólares en Cuba, Bahamas, Haití y Estados Unidos. El aumento global
de temperatura es un factor clave en el aumento de catástrofes naturales y
humanitarias.
En España, los efectos del cambio climático amenazan al suelo de las zonas áridas, que constituyen aproximadamente un 74% del país. De acuerdo con el Informe Especial de Eventos Extremos de 2012, publicado por el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), en el sur de Europa va a llover cada vez menos. Como consecuencia, al menos un 74% del territorio nacional se encuentra en riesgo de desertificación, del cual el 18% está en riesgo alto o muy alto.
Es
posible que a medida en que vamos acercándonos a estos problemas, caigamos en la
cuenta de algunos compromisos que podemos asumir sobre el cuidado de la casa
común que todos debemos atender. No se trata sólo de que todos sepamos algo de
Ecología, sino sobre todo de que TODOS la practiquemos.
faustino.vilabrille@gmail.com
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