Desde hace
13 años se viene celebrando en la Diócesis Nivariense un acto que promovió
"Justicia y Paz Tenerife", siendo Carmen Luisa González Expósito su
presidenta, con la intención de:
- Darle al "mensaje para la jornada mundial de la paz" que los papas emiten cada año una mayor resonancia y dar mayor ocasión a la profundización en su contenido.
- Traducir ese mensaje para la paz en un "gesto comunitario, diocesano", en el que se diesen cita todas las organizaciones eclesiales de la diócesis y cuantas personas quisieran sumarse al acto.
Quien en su
momento fuera obispo de la Diócesis Nivariense, Don Felipe Fernández García, asumió con
entusiasmo la tarea de convocar a la diócesis a aquella primera peregrinación,
celebrada en enero de 2002 y responder así al llamamiento del entonces Papa
Juan Pablo II que, angustiado ante el agravamiento del conflicto en Irak, pidió
movilizaciones en favor de la paz.
22 de
febrero de 2014.
Desde las
9'30 h. de este sábado en que se nos convocó para participar de esta peregrinación iniciada en Las Caletillas
(Municipio de La Candelaria) para finalizar en la Basílica Ntra. Sra. de Candelaria, hasta
las 13'30 h. en que concluyó la celebración eucarística vivida en su interior
estuvimos centrados en la Oración por la Paz no sólo con el pensamiento sino
también con la palabra y los gestos que un grupo de jóvenes iban
representando a lo largo de todo el camino llamando la atención sobre nuestra
relación con Jesucristo, fuente de la verdadera paz, representaciones de situaciones de violencia en nuestro mundo y mensajes alusivos a nuestra
responsabilidad en la construcción de la paz.
Antes de
iniciarse la Eucaristía, ya dentro de la basílica, fue leído el comunicado de "Justicia y Paz Tenerife"
y unos minutos antes de concluir la Eucaristía presidida por nuestro obispo Don Bernardo Alvarez Afonso se hizo mención a la situación
de persecución contra los cristianos a nivel mundial, dando muestra de uno más
de los problemas que atentan contra la paz: la intolerancia y falta de libertad
religiosa hoy, en pleno siglo XXI.
Muchos
aciertos.
Estaba
previsto realizar esta "Peregrinación de Oración por la Paz" desde
La Laguna (siempre se hizo así, excepto el año pasado en que se cambió el
recorrido con ocasión de la celebración del "Año de la fe") pero diversas
dificultades que se mostraban insalvables aconsejaron que finalmente se
realizara conforme se dispuso.
Queremos
destacar ahora lo que a nuestro juicio ha sido muy acertado y ha servido para
centrar la jornada sobre lo importante:
- Convocatoria a todos los grupos de Iglesia (es ya algo tradicional pero no por ello deja de ser una acción importante que Don Bernardo Alvarez Afonso, obispo actual de la Diócesis Nivariense, ha mantenido con decisión). Esto no es cosa de unos o de otros sino de toda la diócesis.
- Empezar la jornada, además de con el saludo y la oración comunitaria -breve, sencilla pero participada- centrando nuestra atención en quien nos convoca (el primer mimo hecho por los jóvenes nos lo dejó muy claro a todos: sólo Él es nuestra Salvación, Él es nuestra Paz).
- Realizar el recorrido en un ambiente de oración, de diálogo con Dios en comunidad. La piedad popular se ha expresado durante siglos con el rezo del rosario y esta mañana, a lo largo del trayecto entre Las Caletillas y la basílica Virgen de Candelaria, se ha vivido en plena calle, con sencillez y naturalidad.
- Los cuadros plásticos realizados por los jóvenes: representando escenas en las que se observan los efectos de todo tipo de violencia y mensajes escritos en cartulinas que nos invitaban a pensar, reflexionar, sobre lo que hacemos y lo que necesitamos hacer para cambiar esas situaciones. Nuestra enhorabuena a estos jóvenes por la manera en que lo supieron comunicar.
- "Aquí no hay curas". Les oí decir a unas personas en un momento dado que iban detrás de mí. ¡Claro que había curas!, hasta el obispo, Don Bernardo, iba en la comitiva, en aquella semblanza de manifestación pacífica aunque no hubiera pancartas, como uno más, mas allí no había distinción entre unos y otros, éramos todos uno tanto de hecho como a los ojos de todo el mundo.
- Y nosotros. Todos los que pudimos estar allí; el pueblo era el gran acierto y el motivo de felicitación máximo que aquí queremos expresar: por su amplia participación, por su saber estar, por la sencillez y alegría que se respiraba teniendo como fondo de toda la peregrinación el azul del mar y el murmullo y otras veces estruendo de las olas al romper contra la costa.
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