lunes, 16 de diciembre de 2024

Archidona vive sin Megacárcel

Con los ojos fijos en Él, en la realidad y la fe. 

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz. Carta Nº 267 – 15 diciembre 2024

“La Amazonía es tierra disputada desde varios frentes: por una parte, el neoextractivismo y la fuerte presión por grandes intereses económicos que dirigen su avidez por el petróleo, gas, madera, oro, monocultivos agroindustriales…Hemos de romper el paradigma histórico que considera a la Amazonía una despensa inagotable de los estados sin tener en cuenta a sus habitantes”. (Papa Francisco, 2019). 

Archidona, cantón de la provincia del Napo en la Amazonia ecuatoriana, es un pueblo que cuenta con un inmenso valor cultural, biodiversidad y turismo. Tiene una población: 7.353 (2022), con comunidades Kichwa, Quijos, Shuar y Woarani. La oposición a esta megacárcel de máxima seguridad refleja una compleja interacción entre preocupaciones sobre la seguridad, el medio ambiente, la economía local y la falta de participación de la comunidad en decisiones de gran impacto. Es muy importante considerar las necesidades y los derechos de las comunidades locales en los proyectos de infraestructura, especialmente cuando se trata de áreas ecológicamente sensibles y con un alto valor cultural, ambiental y social.

La cárcel de máxima seguridad implicaría una destrucción de los saberes ancestrales y del cuidado a la naturaleza.  En este territorio hay sitios de importancia cultural como las cuevas de Jumandi, los petroglifos precolombinos, riqueza paleontológica e histórica profunda. El pueblo de Archidona tiene serias preocupaciones y cuestionamientos sobre la construcción de esta megacárcel. Desde hace varios días los habitantes de Napo se mantienen en pie de lucha en contra de esta decisión.

El gobierno quiere construir esta megacárcel cerca de cuatro planteles educativos en donde estudian 5.111 jóvenes, la mayoría kichwas. Desde el poder decidieron su construcción en Archidona, nunca existió consulta libre, previa e informada al pueblo de Napo y amazónico, ni tuvieron la oportunidad de conocer el proyecto para tomar una decisión conjunta.

Esta megacárcel generará más pobreza y problemas. Atraerá a delincuentes de alta peligrosidad, habrá despojo, mayor inseguridad, incremento de vacunadores, extorsionadores, reclutamiento de jóvenes kichwas y amazónicos, lo que implicará la ruptura del tejido social. En Napo existe una fuerte minería ilegal ligada a los GDO y corrupción de ciertas autoridades El incremento de estos grupos provocará violencia, serán afectados todos los sectores productivos, pueblos y nacionalidades.

Construir una cárcel de este tipo, implicará posiblemente, el control territorial de estos grupos, no sólo de Archidona sino en otras provincias amazónicas donde actualmente no existen presencia de grupos de delincuencia organizada GDOs. El pueblo de Napo, las mujeres y sus organizaciones quieren una mejor atención en salud, educación, vialidad y no una cárcel de máxima seguridad.

El pueblo de Napo sigue en resistencia. El paro de Archidona que se opone a la construcción de esa megacárcel refleja las tensiones entre el desarrollo infraestructural, la seguridad pública y la protección del medio ambiente. Las protestas muestran la importancia de consultar a las comunidades locales y de evaluar alternativas viables que no comprometan el entorno natural ni las dinámicas sociales de las regiones afectadas. Aunque el gobierno sigue insistiendo en la necesidad de mejorar la infraestructura penitenciaria, la oposición de Archidona y otras comunidades de Napo demuestran que los proyectos de este tipo deben ser más inclusivos y respetuosos con las realidades locales.

Pero más allá de este hecho y esta resistencia también es el momento de que analicemos si la única o principal respuesta para tratar a los delincuentes apresados, consiste en crear cárceles de máxima seguridad para los más peligrosos. En la actualidad los reclusorios se han transformado en auténticas “universidades del crimen”. La crisis de delincuencia que padecemos no debe tener solamente medidas punitivas cada vez más graves sino atacar las causas de fondo que la provocan; por lo que urge plantear un nuevo modelo.

No olvidemos que los delincuentes, por graves que hayan sido sus crímenes, tienen la posibilidad de redimirse (Papa Francisco) y que el Señor el día del juicio nos preguntará: Estuve en la cárcel y me fueron a ver (Mateo, 35,36).  #ComuniquemosEsperanza

("Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas).

Articulo original: http://www.justiciaypaz.org.ec/2024/12/carta-no-267-archidona-vive-sin.html


PARA LA REFLEXIÓN Y LA PRAXIS:

  • ¿Por qué el pueblo de Napo y mucha otra gente en Ecuador se oponen a la Megacárcel?. ¿Conocemos situaciones similares en España?, ¿por qué se producen esas reacciones?.
  • ¿Cuáles serían las alternativas que esta Carta 267 plantea al respecto?. ¿Cuáles debieran ser las alternativas también en España para que las cárceles fueran verdaderamente reeducadoras y por lo tanto eficientes?.
  • ¿Cómo poner en marcha medidas alternativas a la reclusión y sean al mismo tiempo respetuosas con las víctimas de los delitos?.
  • ¿Cómo podríamos contribuir a una mayor y mejor humanización de los regímenes penitenciarios al mismo tiempo que se preserva la seguridad ciudadana?.

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