domingo, 2 de junio de 2013

Oración en comunión con toda la Iglesia

Con motivo de la celebración del "Corpus Christi" y atendiendo a la convocatoria que el Papa Francisco hizo a la Iglesia Universal para orar juntos, en cualquier lugar del mundo, nos reunimos un grupo de cristianos en la "Parroquia de San Cristóbal de La Higuerita" hoy domingo día 2 de junio a las 16 h. (hora canaria) para orar también en comunidad por las intenciones que Francisco nos proponía.
Reproducimos a continuación el contenido esencial del documento-base alrededor del cual giró la reflexión, meditación y oración de toda la asamblea:

"Señor Jesús, Dios y hombre verdadero, creo que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar.
Con toda mi fe y postrado ante Ti, te digo: "Señor mío  y Dios  mío".
Tú nos dices: "Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré".
Confiados en tu palabra, en nombre propio y sintiendo en nuestro corazón las angustias y tristezas de todos los que sufren, te suplicamos nos concedas alivio y consuelo para nuestras penas y amor generoso para socorrer a nuestros hermanos más necesitados.
Aquí estamos Señor, ante Ti, en esta hora en la que por toda la Tierra tu Iglesia está reunida en oración en comunión con Francisco.
De todo corazón, nos unimos a sus intenciones y pedimos:


1.      Por la Iglesia extendida por todo el mundo y reunida hoy, en signo de unidad, en la Adoración a la Santísima Eucaristía:
o    Que el Señor la haga siempre más obediente a la escucha de la Palabra y así  pueda presentarse ante el mundo cada vez más bella, "sin mancha ni arruga, sino santa e inmaculada".
o    Que la Palabra de Dios, anunciada siempre con fidelidad, resuene siempre como portadora de misericordia y propicie un renovado compromiso en el amor.
o    Que, por la predicación de la Palabra que salva, ofrezca pleno sentido al dolor y al sufrimiento, y restituya la alegría, la serenidad y la esperanza a los atribulados.

2.     Por todos los que en diversas partes del mundo viven el sufrimiento de las nuevas esclavitudes y son víctimas de las guerras, de la trata de personas, del narcotráfico y del trabajo "esclavo"; por los niños y las mujeres que sufren cualquier forma de violencia.
o    Que su grito pueda encontrar la Iglesia despierta. Así, teniendo la mirada fija en el Cristo crucificado, ella nunca olvide tantos hermanos y hermanas dejados en manos de la violencia.

3.     Por todos aquéllos que viven penurias económicas, sobre todo por los desocupados, los ancianos, los inmigrantes, los que no tienen hogar, los presos y por todos los que experimentan marginación.

o    Que la oración de la Iglesia y su activa labor de cercanía en la caridad sea para ellos consuelo y apoyo seguro.
o    Que la Iglesia pueda alentar siempre la esperanza y la audacia en la defensa de la dignidad del ser humano.


Por todo ello, Señor, te pedimos tu Salvación."

PARA NUESTRA REFLEXIÓN Y COMPROMISO:

Constantemente recibimos mensajes cada vez más frecuentes, cada vez de más puntos o ámbitos de la Iglesia, también desde fuera de ella, que nos impulsan a:
  • "tomarnos en serio lo que decimos ser, tomarnos a pecho las palabras, hechos y actitudes del Maestro de Nazaret,
  • tomar más en consideración la experiencia de las primeras comunidades cristianas que sin ser perfectas sin embargo buscaron siempre la UNIDAD entre sí y la UNIDAD en Aquél de quienes recibieron el encargo de llevar su mensaje por toda la Tierra".


La  voluntad de Dios se expresa de multitud de maneras y medios, también desde los signos de los tiempos. El Papa Francisco nos indica, a nuestro parecer, las claves esenciales para escuchar su llamada que pasa por ampliar y profundizar en la coherencia con nuestra propia fe y en expresar una apuesta total y decidida por los pobres y empobrecidos, por los cristos rotos de nuestro mundo actual y la necesidad de CAMINAR JUNTOS, unidos, como una gran COMUNIDAD... por muy grande que sea la diversidad que haya entre nosotros.
La cuestión es:
  • ¿Cómo estamos viviendo nuestra fe?; todavía hay quienes dicen: "soy cristiano pero no soy practicante" (y cuando les preguntas "qué quieren decir con ello" responden que "no soy practicante porque no voy a Misa muchos domingos";... pero sin embargo trabajan a destajo por no dejar a nadie desamparado) y es necesario responderles: "ése es el culto que Dios quiere, eso es precisamente ser practicante: amar al hermano como Dios nos ama".
  • ¿Vivimos en UNIDAD dentro de nuestras respectivas organizaciones de Iglesia? (unidad entendida no como "uniformismo" sino unidad entendida como "unidad de criterios de actuación; unidad en los objetivos, metas que queremos hacer vida; unidad con nuestros propios principios y carisma; unidad y adhesión a Jesucristo, unidad en Él"). Porque si utilizamos nuestra organización como un terreno acotado a nuestra conveniencia... no sólo no hacemos nada bueno sino que además nos convertimos en antitestimonio.
  • ¿Vivimos en UNIDAD con otros grupos, comunidades u organizaciones de Iglesia?, ¿cómo lo estamos evidenciando?. ¿Contamos con todos los demás al organizar actos o gestos de compromiso con el mundo roto, el Cristo roto, de hoy?... ¿o vamos p'alante con nuestro castillito, nuestros exclusivos criterios sin contar con nadie más, como si más nadie tuviera algo que decir al respecto?.
  • ¿De qué maneras estamos respondiendo a las necesidades reales de nuestro mundo y a tantos  hermanos y hermanas que viven la exclusión social, la violencia con sus miles de caras y explotación?. ¿Podemos decir que hallan TODOS nuestros hermanos en nosotros experiencia de "no vivir cansados ni agobiados sino SIEMPRE dispuestos a darlo todo como hizo el Maestro de Nazaret"?. Dicen que "un santo  triste... es un triste santo", ¿es nuestro caso?.
Cada cual sabe dónde le aprieta el zapato, y seamos honestos: no busquemos el alivio de ese pie poniéndonos guantes en las manos.

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