Ya llevamos unas semanas dentro del 2025. Aún mantenemos la euforia de los nuevos propósitos para este año nuevo y… en ello estamos. Pero ya empiezan a escucharse los lamentos de no pocos actualizando los conflictos del ayer, unos de signo político, religioso o antirreligioso, negacionistas vs alarmistas, etc… (basta mirar sobre todo las redes sociales, escuchar debates en diversos espacios,… para ver ejemplos mil de esto).
Y ¿qué mas?.
No son
pocos quienes se quedan ahí, en esos discursos teóricos que se alimentan
recíprocamente, como si se necesitaran unos a otros para seguir en la palestra.
Pocos
son los que se plantean: “¿Qué podemos hacer?, ¿cómo?, ¿qué pasos dar y en qué
orden?, ¿con qué medios?,…”.
Necesitamos,
por una parte, tomar consciencia de la realidad tal cual es, conocerla a fondo
es el primer paso, saber determinar sus causas y comprender sus consecuencias.
Por
otra parte, necesitamos plantearnos cuál es nuestra escala de valores, cuáles
son sus fuentes, qué elementos de juicio nos sirven para orientar nuestro
pensamiento y nuestro proceder, con qué referencias contamos que iluminen la
senda a seguir.
Y, finalmente, enfocarnos en traducir nuestras buenas intenciones en actitudes y prácticas coherentes tanto con nosotros mismos (lo que pensamos, sentimos y querríamos conseguir) como con esa realidad que desearíamos transformar.
Mas ¿es suficiente?.
No
somos francotiradores, no vinimos al mundo solos ni nos criamos en soledad sino
EN RELACIÓN con nuestros entornos sociales y naturales. No somos llaneros
solitarios.
Somos seres sociales y nos realizamos y crecemos en la medida en que nos abrimos a los demás, formamos parte de una gran colectividad: la familia humana, desarrollamos nuestras vidas y crecemos formando parte de distintos grupos, tenemos la capacidad de comunicarnos unos con otros e interactuar a través de distintos medios y sistemas y hemos llegado a componer un sistema realmente complejo de interacción constante en el que todo y todos estamos interconectados y, por lo tanto, interdependientes y ello significa que… ¡tenemos la capacidad de transformar cualquier realidad si nos enfocamos en la construcción de unos proyectos comunes, comunitarios, que hagan posible esa transformación!.
Necesitamos valorar nuestra participación en la construcción de la comunidad.La
D.S.I. nos dice que “el principio de participación se fundamenta en el derecho
natural de todo ser humano a realizar su propio destino. En toda formación
social la persona tiene derecho a hacer sentir el peso de su decisión personal
responsable. El sujeto de la participación es todo hombre o mujer en cuanto
miembro del grupo social” (tomado de la red).
Para realizar nuestro propio destino por lo tanto necesitamos:
- Implicar toda nuestra persona en todas nuestras dimensiones.
- Ser conscientes de que somos responsables de las realidades que nos envuelven o en las que estamos, no tanto por sus causas sino porque va a depender de nuestra actitud el que esas realidades queden como están o puedan cambiar.
- Tomar consciencia del valor de la comunidad en la que y desde la que ejercer el compromiso transformador de esas realidades buscando siempre el Bien Común.
- No nos quejemos de lo mal que hicieron las cosas algunos sindicatos, entremos en ellos, informémonos ben de lo que es un sindicato y para qué tiene que ser, elijamos el modelo que más se acerque a nuestras convicciones y trabajemos dentro de él en la transformación de aquello que necesita cambiar.
- Dejemos de encasillar a la gente en celdas de "rojos", "fachas", y "demás". ¿Tenemos ya un modelo político definido?... vayamos a por ello, entremos en el partido político afín a nuestros ideales y desde nuestra militancia propongamos aquello que pueda ser un bien común para toda la sociedad.
- Menos peñazos contra los curas y religiosos, menos cotilleos en contra de las comunidades parroquiales y más arremangarnos y meternos en faena en la parroquia de nuestro barrio para hacerla más fiel al mensaje del Maestro de Nazaret, más la Iglesia que necesitamos ser.
- Nuestros barrios y sus AA.VV. serán un desastre o dejarán mucho que desear... pero si nos implicamos en ellas, si las animamos con nuestra participación y propuestas de mejora para luego pasar a la acción... ¿no sería mucho mejor?.
- No son las ONGs quienes sacarán al país de todos sus problemas pero sin duda son un excelente ámbito para apuntar caminos de solución y aportar cauces para la transformación social y una excelente denuncia de todas las injusticias a través de la acción y sus comunicados. ¿Qué nos impide acercarnos a ellas y ver qué podemos aportar?.
- Etc...
No hay comentarios:
Publicar un comentario