jueves, 9 de mayo de 2019

Jesús de Nazaret y la mujer (III)

¿Será el siglo XXI el siglo de la mujer en la Iglesia Católica?.
Este artículo forma parte de un conjunto que pretende llamar la atención sobre el papel de la mujer en el mundo, en cada una de las sociedades de nuestra Casa Común, en el antiguo pueblo de Israel (en tiempos de Jesús) y en nuestra Iglesia.

 “El papel de la mujer en la Iglesia no puede estar relegado a la servidumbre” (Del Papa Francisco en la entrevista de Jordi Évole).

Continuamos analizando sucintamente el comportamiento tan extraordinario de Jesucristo con las mujeres, más aun teniendo en cuenta la hostilidad social, etnográfica, antropológica, política y religiosa que existía contra ellas en tiempos de Jesús, como vimos en la introducción al primer comentario.

“Ni aborrecisteis, Señor de mi alma, cuando andabais por el mundo, a las mujeres, antes las favorecisteis siempre con mucha piedad, y hallasteis en ellas tanto amor y más fe que en los hombres” (Santa Teresa de Jesús, en Camino de perfección, Códice de El Escorial, cap.3º).

La mujer de la moneda perdida (Lucas 15,8-10): Este Evangelista  nos cuenta que una mujer pierde una moneda, enciende una lámpara y barre la casa hasta encontrarla, y al encontrarla siente tal alegría que convoca a las vecinas y amigas, y les dice: alegraos conmigo que encontré la moneda perdida.

Conocimos en Guatemala, en Alta Verapaz, a un niño que al salir de la escuela hacía de limpiabotas. Un día, casi al atardecer,  lo vimos llorar tan desconsoladamente, que no podíamos entender lo que decía. Después de logar calmarlo un poco nos dijo: “quitaron pisto y mamá pegar por no llevar  para maíz”.  Allí pisto es dinero, y un adulto le había quitado todo lo que había ganado aquella tarde. Le dimos más o menos lo que le había quitado. Estaba sentado en un peldaño. Se levantó inmediatamente y echó a correr a toda velocidad. Al día siguiente estaba de nuevo allí limpiando. Le preguntamos por qué había marchado corriendo tanto y nos contestó: “si ven usted dar pisto quitar otra vez”.

Un futbolista encargó un coche que cuesta 11 millones de euros antes de impuestos, además de la colección que ya posee. ¿Quiénes son los que están detrás de semejante locura?. Todos los insensatos que pagan por ver fútbol, en los campos o en la tele. Con cada entrada que pagan llenarían de alegría a un niño de los 8500 que mueren de hambre cada día.

Las mujeres son las que más luchan por quitar el hambre de la boca y la ignorancia de la mente de los niños pobres del Tercer Mundo: en Africa están presentes 155 congregaciones masculinas y 441 femeninas; en Asia están presentes 95 masculinas y 297 femeninas, que con los millones de monedas que gastamos absurdamente los países “civilizados”  harían más que milagros.

La viuda importuna (Lucas 18-1-8): Cuenta Jesús que en una ciudad había una mujer viuda que acude a un juez, al que no le importan ni Dios ni los hombres, pidiendo justicia. Después de mucho tiempo, el juez la escucha. Esta mujer sufre acoso injusto por ser mujer y ser viuda.
750 millones de personas, de los cuales más de 500 son mujeres, llevan años y años clamando por justicia a los países ricos, pero éstos, como tampoco les importan ni Dios ni los hombres, no les hacen ni caso, porque les duele mucho más que se queme una catedral, que el dolor de tantos millones de personas que no tienen que comer.

El juez acaba escuchando a la viuda: Las mujeres tenéis que gritar, tenéis que  exigir que os hagan justicia, tenéis que reclamar los mismos derechos que los hombres, en la sociedad (en la cual ya habéis avanzado un poco, sólo en algunos países) y en la Iglesia hemos de trabajar todos por erradicar el machismo y discriminación que aún hoy existe y que no permite de facto que la mujer participe en ella en las mismas condiciones que los varones.

El óbolo de la viuda (Marcos 12,41-44): Jesús con frecuencia destaca los valores y las cualidades de las viudas, porque eran  de lo más pobre, despreciable e infravalorado de su tiempo, lo cual aun sigue pasando hoy en los países empobrecidos, sobre todo de Africa y la India:
  1. AFRICA:
    • Seis de cada 10 mujeres dependen de la tierra para subsistir. En las zonas rurales de Kenia las mujeres que pierden a sus maridos son forzadas a practicar un rito que incluye quemar su ropa, afeitarse la cabeza y tener relaciones sexuales con un extraño, además de perder la propiedad de las tierras que pasan a manos de los familiares de él. Así pasa también  en Zimbabue, Uganda, Congo, Sudán del Sur, Nigeria, etc.
    • A menudo no tienen educación porque la escolaridad de muchas niñas de estos países no  pasa de 3 años,  y se limitan a mendigar para satisfacer las necesidades básicas de sus familias.
    • Las leyes sobre la propiedad de tierras aun discriminan hoy a las mujeres en más de 90 países. Aunque las leyes han mejorado en muchos países en realidad no se aplican, porque siguen mandando las tradiciones ancestrales.
    • Un nuevo programa en Zimbabue pretende informar a las mujeres viudas sobre su derecho a heredar.
  2. LA INDIA: “Desde que murió mi marido nadie me dirige la palabra. Mi destino es sufrir. Durante cinco meses después de morir mi marido tuve que dormir en le calle como manda la tradición. Quise construir una cabaña pero el dueño del terreno me pegó tanto que tuve que ingresar en el hospital. De madrugada voy a trabajar a las montañas, lejos del pueblo, para no cruzarme con los vecinos y evitar problemas. La gente del pueblo me trata mal y me insulta porque creen que si una viuda se cruza en su camino les traerá mala suerte”.
Es la realidad a la que se enfrentan  tres millones de mujeres viudas que viven en el estado de Andhra Pradesh, en el sur de la India, que tienen que subsistir con 80 rupias (1 € al día). Consideradas un mal augurio, la tradición hindú las condena a morir en vida. (Fuente: Fundación Vicente Ferrer)

Jesús reclama la atención de sus discípulos hacia esta viuda, porque echó más que nadie por ser la más pobre. ¡Qué lejos estamos en los países ricos de ser un poco coherentes con el Evangelio!. Hay otra manera de vivir y de hacer un mundo más justo y habitable para todos, que es ser solidarios, compartir y amarnos de verdad.

Las mujeres que siguen a Jesús hasta la muerte (Lucas: 23,27-28). En la época de Jesús, el pueblo judío estaba sometido al poder romano que ejercía su dominio a través de un procurador o gobernador. Las autoridades romanas exigían tributos personales y territoriales para el Emperador romano, incluidos hasta los niños, además de aportes en especie para el mantenimiento de sus tropas de ocupación. La situación política de Palestina en tiempos de la muerte de Jesús era muy dura, difícil y arriesgada, y más estando cerca de un hombre que era tenido por las autoridades como revolucionario y soliviantador del pueblo, que incluso tenía que andar medio escondido porque ya estaba amenazado de muerte. Cuando llegaron a prenderlo para condenarlo a muerte y ejecutarlo, todos los discípulos huyeron  o negaron conocerlo como Pedro.

Pues bien, estas mujeres tuvieron un valor extraordinario al acompañar al reo Jesús hasta el mismo sepulcro, pues se arriesgaban a ser detenidas.
Precisamente hoy las mujeres son la gran mayoría de las personas que están arriesgándose y acompañando a los más empobrecidos y necesitados del mundo, como las que atienden, curan y alimentan a miles de personas infectadas de hepatitis B  y C, Sida o Tuberculosis en el Centro Socio-Sanitario de Biryogo (Ruanda), desbordadas con más de 500 consultas diarias, que se ven además en una situación angustiosa porque tienen que dar medicamentos a estómagos vacíos, con la gran incertidumbre de que no sirvan para nada, porque la gente no tiene qué comer, mientras que en la misa del domingo tienen que oír a los sacerdotes pedir dinero al pueblo: pedir para construir una iglesia nueva; pedir para construir una casa nueva para ellos; pedir para amueblarla bien.

¿Cómo es posible que a estas mujeres, que ejercen a diario el sacerdocio real de servicio a los pobres, no se les pueda permitir ejercer  el sacerdocio de la Eucaristía?.
¿Cómo acompañamos hoy nosotros a Jesucristo crucificado en los pobres de la tierra desde la com-pasión, la misericordia, la denuncia y la lucha por la justicia?.

Un abrazo muy cordial para ellas y para tod@s vosotr@s.- Faustino Vilabrille

No hay comentarios:

Publicar un comentario