Con los ojos fijos en Él, en la realidad y la fe.
Comisión ecuatoriana Justicia y Paz. Carta Nº 261– 3 noviembre 2024
“Los
ciudadanos no confían en las instituciones, a las que ven "alejadas"
de ellos y "culpables" de normas que consideran insensibles e incluso
perjudiciales”. Papa Francisco.
“Debemos
trabajar juntos para garantizar la distribución equitativa de la riqueza, las
oportunidades y el poder en nuestra sociedad”. Nelson Mandela.
La
Academia Sueca de Ciencias entregó el premio Nóbel de Economía 2024 a Daron
Acemoglu, Simon Johnson y James Robinson, en reconocimiento a sus
investigaciones relativas a las instituciones y su rol determinante en la
prosperidad y riqueza de las naciones.
Según los
galardonados, el funcionamiento de las instituciones determina la riqueza o
pobreza de un país. Las instituciones pueden ser inclusivas, brindando
oportunidades y participación política a la población, o extractivas,
explotando a sus miembros con principios de derecho débiles y limitando su
influencia en la legislación. Las inclusivas generan beneficios a largo plazo
para todos, mientras que las extractivas solo proveen ganancias a corto plazo
para quienes están en el poder. Así, la diferencia entre prosperidad y pobreza
no radica en la geografía, sino en la calidad de las instituciones.
El
proceso político es un factor determinante en la configuración de la estructura
económica de las sociedades. Como señala James Robinson, "es el proceso
político el que crea la estructura económica de las sociedades", y en
muchos países esta estructura carece de un diseño adecuado. La falta de
instituciones sólidas y coherentes que fomenten la equidad y la prosperidad ha
llevado a un sistema desconfigurado, cuyos efectos son evidentes: el 50% de la
población mundial vive en condiciones de pobreza, y un 25% en pobreza extrema.
La pandemia, el deterioro ambiental y los líderes políticos que priorizan sus intereses personales han agravado la realidad socioeconómica y política global, desencadenando guerras, migración, desempleo, inequidad, pobreza, corrupción, impunidad y un futuro incierto. Actualmente, el 20% más rico del mundo posee una riqueza 30 veces superior a la del 20% más pobre, reflejando una brecha de ingresos que sigue siendo abismal.
La
parábola del pobre Lázaro y el rico (Lucas 16,19-31) refleja de manera cruda
las profundas desigualdades que persisten y que hoy se traducen en el mal
manejo de los sistemas democráticos. En América Latina, las ideologías políticas,
lejos de resolver la pobreza y la inequidad, agravan las desigualdades,
debilitan y destruyen las instituciones, y sacrifican la democracia. Los
populismos, sin importar su tendencia, empeoran esta realidad. Como afirma
James Robinson, “la democracia ha sido decepcionante en el caso de América
Latina, la gente se desespera y busca otras soluciones. Es que toma tiempo
crear instituciones democráticas que funcionen para cambiar la vida de la
gente”.
Según los
Nobel, “la pobreza y desigualdad en América Latina están profundamente
arraigadas en el colonialismo y la explotación de los indígenas”, desigualdades
que se perpetúan y generan exclusión y marginalización, limitando el desarrollo
y aumentando la pobreza. Ecuador no es la excepción; la reducción de la pobreza
ha fracasado. A junio de 2024, los indicadores post-COVID muestran que el 25.5%
de la población vive en pobreza y el 10.6% en pobreza extrema. En el área
rural, la pobreza afecta al 43.2% y la extrema pobreza al 24.1%, lo que
significa que el 67% de la población rural vive en condiciones de pobreza (UCE,
22-10-2024).
Es urgente reconocer el problema y tomar acciones conjuntas entre el Estado y la sociedad para enfrentarlo. La restauración de la institucionalidad y la implementación de políticas públicas inclusivas, enfocadas en el bien común en áreas económicas, sociales, educativas y culturales, es hoy un imperativo. #ComuniquemosEsperanza
("Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas).
PARA LA REFLEXIÓN Y LA PRAXIS:
- ¿Qué está denunciando esta Carta 261?. ¿Sucede esto mismo en España?, ¿en qué lo vemos evidente?.
- ¿Qué estructuras están generando desigualdad social, exclusión y, por lo tanto, un mal desarrollo en nuestra Canarias, en España?, ¿cómo podrían corregirse esas tendencias?.
- ¿Qué estructuras, instituciones tenemos a nuestro servicio para poder llevar a cabo esas transformaciones?, ¿cómo dinamizarlas y hacerlas más vivas?.
- ¿A qué podríamos comprometernos cada uno para ser motor interno de cambio en las instituciones?.
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