lunes, 5 de junio de 2023

Clamor por vida digna

“A los gobiernos y a todos los políticos, les pido que trabajen por el bien común. Cuídense de escuchar solamente a las élites económicas y sean servidores de los pueblos que claman por tierra, techo, trabajo y una vida buena en armonía con toda la humanidad y con la creación” Papa Francisco, 16 octubre 2021.

Después de la muerte cruzada, en Ecuador estamos inmersos en un nuevo proceso electoral: el 20 de agosto elegiremos Presidente de la República y nueva Asamblea Nacional hasta el 24 de mayo de 2025.

Esta coyuntura pareciera sumergir a nuestro país en una especie de ‘campaña perpetua’. Ya están en carpeta una cantidad de candidatos variopintos de los que algunos cuentan con una amplia trayectoria politiquera. En los medios masivos se presentan los perfiles de los presidenciables y posibles asambleístas y comenzamos a escuchar los baratillos de ofertas y promesas, muchas de ellas demagógicas y, en consecuencia, irrealizables.

Ante esta realidad compartimos con ustedes algunos criterios que recogen las aspiraciones y necesidades más profundas de la mayoría de los ecuatorianos, y que demandan respuestas concretas de los candidatos a Presidente y Asambleístas.

Una aspiración fundamental es la seguridad. Todos añoramos la paz y las bandas criminales ligadas al narcotráfico y la delincuencia organizada han provocado muchos asesinatos, miedo y un temor paralizante. Las soluciones que proponen los candidatos son casi exclusivamente represivas y, aunque algunas medidas son necesarias, es evidente que por sí solas no traerán la armonía social que necesitamos. Armar a la población e involucrar a las fuerzas armadas en una ‘lucha antiterrorista’ implican algunos riesgos. Se precisa una auténtica justicia y una fuerza pública no contaminadas de corrupción y que respeten los derechos humanos, especialmente los de las víctimas.

Debemos luchar contra la pobreza. Por lo que es urgente crear trabajo digno, en el que los poderes públicos en concordancia con la iniciativa privada ofrezcan un trabajo que respete los derechos laborales y pague un salario justo. Es necesario recuperar la salud pública, deteriorada de forma deliberada en los últimos años y fortalecer la seguridad social; necesitamos medicinas, buenos servicios médicos y atención adecuada. El acceso a una educación de calidad desde los primeros años hasta la universidad debe garantizarse como mecanismo para disminuir las desigualdades sociales. Trabajar para superar de forma paulatina la desnutrición infantil y mejorar la atención a las madres embarazadas.

Pedimos un país donde desaparezca el racismo, la xenofobia, la exclusión, el descarte y las desigualdades. En muchas zonas del Ecuador la pobreza tiene rostro de indígena, de campesino, de montubio, de poblador urbano marginal y en todos estos sectores y de forma agravada, de mujer. Trabajar por el bien común supone priorizar, sin ser excluyente, la atención a los más débiles, por lo que la corrupción y la impunidad deben ser extirpadas de la función pública.

Finalmente, es primordial, como señala el papa Francisco, es fundamental el cuidado de la casa común. Hay que erradicar las malas prácticas como el extractivismo salvaje, el consumismo desaforado y la destrucción de los recursos naturales, causa de muchos de los desastres que lamentamos y lamentaremos.

Somos realistas, sabemos que es muy complejo desafiar la gravísima crisis que tiene nuestro país, y más en el poco tiempo que tendrán las próximas autoridades. Pero sí podemos exigir, como ciudadanos conscientes y responsables, que trabajen con honestidad y ética, y que inicien políticas públicas encaminadas a generar soluciones que favorezcan a los más vulnerables. Esperamos que los candidatos presenten opciones prácticas y viables a las necesidades del pueblo. Que nos digan con honestidad: cómo, cuándo y con qué recursos empezarán a enfrentar los múltiples problemas que nos agobian. • #ComuniquemosEsperanza

Versión original: http://www.justiciaypaz.org.ec/2023/06/carta-no187-clamor-por-vida-digna.html

PARA LA REFLEXIÓN Y LA PRAXIS:

  • ¿Cuáles serían, en el caso de Canarias, nuestras máximas aspiraciones y necesidades por las cuales nuestra clase política debiera luchar?.
  • ¿Cómo debiera llevarse a cabo este trabajo una vez que ya tomen en sus manos plenamente el control de las administraciones: ayuntamientos, cabildos y goierno autónomo?.
  • ¿De qué maneras la ciudadanía podemos contribuir a que la clase política, tanto la que ha sido elegida para gobernar como la que está ahora en la oposición trabaje por el Bien Común, especialmente por quienes se hallan en mayor necesidad?.

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