“¡Quédate en casa, no
salgas!”.
“-No tengo casa”.
“¡Lávate las manos!”.
“-No tengo agua”.
Niger: 1 médico por
cada 50.000 habitantes
Antes de nada
agradeceros a tod@s vuestras muchas respuestas al comentario del domingo pasado
enviado por WhatsApp sobre el coronavirus, algunas llegadas de Africa y América
del Sur.
De ahí que ahora enviemos este comentario sobre el Coronavirus y el Tercer Mundo, por ser un sector muy amplio de la humanidad y el más indefenso y desprotegido ante esta colosal pandemia.
De ahí que ahora enviemos este comentario sobre el Coronavirus y el Tercer Mundo, por ser un sector muy amplio de la humanidad y el más indefenso y desprotegido ante esta colosal pandemia.
Y
también agradecer infinitamente a las Ursulinas de Jesús la aportación muy
importante de 10.000 euros que concedieron para los proyectos de Africa y
Brasil, con lo cual los 4 proyectos para 2020 recibieron una aportación
conjunta de 51.071 euros. Todos los colaboradores lo habéis hecho posible: mil
gracias; y con la que nos está cayendo ahora encima, que no nos olvidemos de
los que son los más pobres de los empobrecidos.
Recomendaciones.
Las recomendaciones más
importantes que nos dan estos días son:
A) no salir de
casa,
B) lavarse bien
las manos y con frecuencia.
1.- No salir de casa. Los sintecho:
Respecto a no salir de casa: Se estima que unos 1600 millones de personas se alojan en viviendas
malas o muy malas, y cerca de 900 lo hacen en asentamientos informales tanto en
países de pocos recursos como incluso en las naciones con mayores ingresos.
Las personas sin hogar ven
reducida su esperanza media de vida en 20 años respecto el resto de la población y presentan entre 20 y 50 veces
más problemas de salud que el resto de la población. Son, por tanto, las
personas más expuestas a sucumbir ante el coronavirus.
Si en Europa y otros países desarrollados, con tantos
medios para controlarlo, el Coronavirus se extiende como reguero de pólvora,
¿qué va a pasar en el Tercer Mundo a donde está llegando el coronavirus a
velocidad de vértigo?. ¿No será una hecatombe para la Humanidad?.
- -La India alberga al 17% de los sin techo del planeta. La escasez de comida, agua y retretes causa enfermedades que se vuelven crónicas. Alrededor del 80% no tienen carné de identidad ni están registrados como votantes, lo que les convierte en socialmente invisibles, carentes de todo derecho. La mayoría no saben cuántos años tienen: ¿Tiene sentido decirles que no salgan de casa?.
- -Bombay, donde varios millones de personas viven en abarrotados tugurios suburbiales con ingresos de 0,3 € al día (Fuente: PNUD), ¿Tiene sentido decirles que no salgan de casa?.
- -Los 100.000
sin techo en Delhi,acampados bajo puentes o plásticos, recostados a las
puertas de templos, escondidos en los parques, ¿Tiene sentido decirles que no salgan de casa?.
Son muchos miles de personas envueltas en mantas desgastadas.
Cuerpos retorcidos y acurrucados que se apiñan unos contra los otros para
protegerse del frío. Son familias, niños y mujeres solos, ancianos, parados,
huidos de casa, discapacitados físicos... Todos comparten historias de marginalidad, abuso y resistencia ante la adversidad. Muchas familias sin techo que acumulan
tres o más generaciones durmiendo al raso.
Más de 86 millones sin techo
viven en la extrema pobreza: ¿Tiene sentido decirles que no salgan de casa?.
- -Los sintecho en Africa: Es imposible saber los sintecho que hay en Africa, pero 28 de los países más pobres del mundo están en África, donde más de la mitad de la población vive en pobreza y la mayoría en extrema pobreza. Por ejemplo, el gobierno de Nigeria desalojó de sus casas en Lagos a 30.000 personas para promover un negocio inmobiliario: “Ahora dormimos en tiendas de mosquiteros”.(Fuente: A. Internacional). Entre 2000 y 2009, las autoridades nigerianas desalojaron por la fuerza a más de dos millones de personas. El desalojo en Nigeria significa perderlo todo, y “si eres un pobre trabajando para ricos, prefieren que seas pobre el resto de tu vida”.
- -Viviendas en la República Democrática del Congo: En La R.D. del Congo miles y miles de familias viven en casas de pura miseria, que no tienen más luz que la que entra por la puerta. Si la cierran, oscuridad total: ¿Tiene sentido decirles que no salgan de casa?.
- Así pasa también con otros millones de “casas” en Africa, como en esta de Ruanda:
- NIGER: El país más pobre del mundo, donde la gente vive en la miseria más absoluta, con riesgo de malaria en 380 personas por cada 1000, con solo el 11% con saneamiento adecuado. ¿El coronavirus dejará a alguien vivo en este país, donde solo hay 2 médicos por cada 100.000 habitantes?.
-Campos de Refugiados: ¿Qué va a pasar en los enormes campos de refugiados de
Africa o Bangladés, si entra en cada uno de ellos un solo infectado de
coronavirus?:
- -Ahí están los de Yida (Sudán del Sur) con 70.000 personas, Kakuma con 185.000 personas, Dadaab en Kenya con 245.000 personas, Dolio Ado en Etiopía con 220.000 personas; todos ellos en Africa.
- -En Bangladés: Campo de refugiados en Bangladés: 670.000 personas. ¿Tiene sentido decirles a esos miles de personas: “No salgas de casa”?.
En el Tercer Mundo unos 3000 millones de personas carecen de agua y jabón en sus casas para
lavarse las manos, una práctica fundamental para protegerse del coronavirus (Unicef).
Pero, ¿cómo recomendar lavar las manos a
tantos millones de personas que no tienen agua en sus casas?.
Lavarse las manos siempre fue una recomendación y
necesidad muy importante para la salud. Son 3.500.000 niños los que mueren cada año por enfermedades infecciosas
y diarreicas por carencia de agua (Unicef). Pero, ¿qué decirle a tanta gente que carece de agua?. Proyectos de agua
potable deben ser de los más importantes a promover en el Tercer Mundo. Sin agua
es completamente imposible la vida, y mucho menos digna.
El Secretario General de la ONU, António Guterres dice:
"Este virus no entiende de nacionalidad ni de etnia,
facción o fe. Ataca a todos, sin tregua".
Una situación que afecta especialmente a los países asolados
por conflictos bélicos, donde hay un colapso de los sistemas sanitarios, y que
especialmente perjudica a los refugiados y a las personas desplazadas que
son "doblemente
vulnerables".
3.-Servicios sanitarios:
Si no luchamos por contener
este virus y dejamos que se extienda como un incendio, matará millones de
personas en el Tercer Mundo.Si en los países desarrollados este virus, con
todos los medios que tenemos, nos está
desbordando y sometiendo a prueba toda nuestra resistencia, ¿qué va a pasar en
los 56 países africanos,de los cuales 41 no llegan ni a 0,5 médicos por cada 1000
habitantes (España 3,9), y otros 23 que no llegan a 10 camas de hospital por
cada 10.000 habitantes (España 30)?.
Nos comentan desde Benín (0,15 médicos por
cada 1000 habitantes y 5 camas por cada 10.000): “aquí el único remedio que
tenemos contra el coronavirus es que haga mucho calor, aun más que el que ya
hace, y eso contenga un poco su expansión. Apenas hay respiradores en el país”. La
temperatura media en Banín está en torno a los 33 grados. El Níger, posiblemente
el país más pobre de la tierra sólo tiene 1 médico por cada 50.000 habitantes.
En América Central y del
Sur, sin ser la situación tan grave como en Africa es también muy precaria: de
20 países, 4 no llegan a 1 médico por
cada 1000 habitantes, 7 sólo tienen 1, otros 7 tienen 2; únicamente Argentina y Uruguay tiene 4 y 5
respectivamente.
No es sólo la falta de
servicios sanitarios, sino que los pocos que existen hay que pagarlos, y los
medicamentos son mucho más caros que en los países desarrollados. Un indígena
de Guatemala nos decía: “Nosotros cuando
enfermemos, o Dios, o las platas, o morir: la medicina no la podemos pagar”. Me
lo decía mi gran amigo e intérprete Felipe Caal, de Alta Verapaz. Ojalá le
llegue este comentario, como signo de gratitud y solidaridad.
Por tanto, la expansión del
Coronavirus en el Tercer Mundo puede ser una hecatombe de dimensiones
gigantescas y llevar por delante a muchos millones de personas, que carecen de
toda clase de medios, materiales, humanos y técnicos, para hacerle frente.
Tenemos que pensar mucho más en el
Tercer Mundo y no sólo preocuparnos de consumir sus abundantes y valiosas
materias primas para vivir nosotros cada vez mejor, sin preocuparnos de
ayudarles a mejorar sus miserables, inhumanas e injustas condiciones de vida.
Magnífica lección: Es
maravillosa la entrega y la solidaridad que vemos por todas partes por atender
a la víctimas de este virus: médicos, enfermeras y enfermeros que duplican sus
horas de trabajo, incluso arriesgan o pierden sus vidas para curarlos;
voluntarios para montar o ampliar
instalaciones en tiempo record; técnicos para buscar vacunas y construir
respiradores; limpiadoras de hospitales; transportistas; reponedores de
supermercados y tiendas; fuerzas de seguridad (bomberos, guardia civil, policía,
militares -UME-); servidores a domicilio, y tantos cientos de personas anónimas
que ponen su esfuerzo en colaborar en lo que pueden, como costureras jubiladas
que vuelven a coger las agujas para confeccionar mascarillas o trajes de
protección; alcaldes de municipios rurales con pueblos muy alejados que van repartiendo alimentos y otros productos de
casa en casa donde viven personas ancianas; ciudadanos ejemplares en cumplir
las normas de reclusión etc., etc. Un ejército de magníficos testimonios.
Tendríamos que decirles a los políticos de las alturas aquello del Cantar del Mío
Cid referido seguramente al rey Alfonso VI: “que buen vasallo si obiese buen
señor”.
Pensar y reflexionar: Pero
también tenemos que pensar y reflexionar por qué ha pasado todo esto, cómo el
Coronavirus, un ser tan diminuto, sin decir una palabra, sin empuñar un arma,
sin aparecer en la tele, sin salir en manifestación, nos ha metido a todos en
casa, seamos ricos o pobres, poderosos o débiles, ha paralizado millones de
coches y aviones, o grandes cruceros de lujo como el Zandaar con 2000
pasajeros, ha vaciado las calles, cerrado iglesias, catedrales, basílicas como
la de san Pedro de Roma y mezquitas, sacado a los niños y estudiantes de los
colegios y universidades, limpiado las ciudades y el aire de la
contaminación, establecido el silencio en las calles, paralizado a los
deportistas grandes y pequeños, así como al poderoso y alienante fútbol y los
lugares de diversión. ¿No lo habrá hecho para que nos paremos a meditar y
reflexionar qué clase de mundo estamos construyendo?.
Ha humillado nuestras
cabezas autosuficientes y engreídas del Primer Mundo, sin pensar que estábamos
arruinando el planeta con nuestras guerras, injusticias, desigualdades,
corrupciones, mutaciones genéticas, viajes espaciales mientras tenemos la
Tierra tan mal, derroche de millones de toneladas de alimentos y ropa; y lo peor
de todo: el olvido de más de 800 millones de pobres y enfermos que no tienen
con qué alimentarse ni curarse, que obliga a muchos a una emigración forzada,
incierta, dura, triste y peligrosa.
Este mundo necesita un
cambio muy profundo: hoy sobran medios para hacerlo, falta voluntad política.
Sólo una firme conciencia crítica y política de la gran mayoría de la población
mundial, y que por tanto no se deje manipular, será la fuerza capaz de cambiar
el mundo para hacer posible una vida digna para todos los Seres Humanos y para el
Planeta Tierra, que nos sustenta.
NOTA SOBRE LOS SINTEHO EN
ESPAÑA:
“María tiene 26 años y ha encontrado en Barcelona
una habitación de realquiler para quedarse y un trabajo con el que consigue
pagarla y mantenerse firme con lo básico. ¿Cómo ha sido su historia?: “Me
independicé muy joven, mi ambiente familiar era conflictivo. Me quedé sin
familia. Tuve una pareja, pero no salió bien. Me separé. Al poco perdí el
trabajo y me hundí. Era una crisis económica y
emocional. No sé si llegué a tener una depresión, pero estaba
angustiada y sola. Dejé el piso porque no podía pagar el alquiler. Por muchos
trabajos que tanteaba no conseguía suficiente ni para un cuarto compartido y me
vi en la calle”.
“Al principio es un estado de shock, no te crees
lo que estás viviendo. No sabes qué hacer, a dónde ir. Ni siquiera dónde dejar
tus pocas pertenencias o cómo encontrar comida. Buscaba, pero tocaba puertas
erróneas. De día una es capaz de hacer cosas, pero al llegar la noche pierdes
la esperanza”.
En España se habla de unas 30 a 40.000 personas
viviendo en la calle. (Fuente: Público, Marga Tojo).
Un cordial abrazo a tod@s.- Faustino Vilabrille
No hay comentarios:
Publicar un comentario