Esta tarjeta de Pedro Casaldáliga, desde Brasil, nos puede ayudar a ENTRAR de lleno en el sentido que Navidad tiene del gran COMPARTIR.
Nuestro Dios no se queda allá en los cielos despreocupándose de la suerte del ser humano.Ya no envía a nadie a enseñarnos nada,... se viene Él mismo y se mete en nuestra vida pero sin bombo ni platillo, ni siquiera en la comodidad de una sencilla habitación sino en un establo y es reclinado en un pesebre, donde los animales comen.
Los primeros en ir a saludarle fueron los pastores (¡vaya prensa tenían los pastores en aquel tiempo!... pero son los primeros).
Todo su COMPARTIR con nosotros está plagado de encuentros con los últimos que acaban siendo los primeros y... resulta que es a esos últimos a quienes Él ahora nos invita a acudir... para que sean ante Dios los primeros, porque ése es su sitio.
"Los últimos serán los primeros", dijo Jesús de Nazaret. Nosotros podremos preguntarle: "Y... ¿quiénes son, Señor, esos últimos para que nos podamos fijar en ellos?" Él nos responderá:
- "Aquéllos que pasan hambre y sed e incluso mueren a causa de esas carencias; los que padecen frío por no tener con qué vestirse; quienes sufren la enfermedad en hospitales o en cualquier rincón sombrío de las ciudades sin que nadie se percate de que existen siquiera; las personas encarceladas que malviven hacinadas en las cárceles; tantas y tantas mujeres víctimas de explotación sexual y de trata; ancianos perdidos en su soledad en asilos a los que cada vez se les visita menos; niños y niñas que crecen y llegan a la mayoría de edad en orfanatos; parados de larga duración, mendigos, pobres de solemnidad, personas sin hogar; emigrantes sin papeles, perseguidos como si eso significara ser "ilegales", cuando en realidad toda persona es hija de Dios; quienes no quieren saber nada de Dios... porque tantas veces se les mostró un rostro equivocado incluso contradictorio con quien es realmente Dios; familias enteras desahuciadas, echadas de sus casas, como perros, a la calle,...".
¿Tendremos excusa ante Él si no hacemos realidad nuestro COMPROMISO de COMPARTIR con ellos?.
Quizás... haya que NACER de nuevo.
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