«Una de las condiciones para alcanzar la
paz, pocas veces respetada, es la de la libre circulación de las personas.
Frente a este derecho, qué egoísmo supone nuestro cierre de fronteras, las
rejas que levantamos en Ceuta y Melilla, los muertos de Lampedusa, y de todo el
Mediterráneo y de las rutas atlánticas.
Qué vergüenza, qué cobardía, cuando no reconocemos ni proclamamos que las migraciones son una realidad histórica, que todos los pueblos hemos vivido, y que crean riqueza demográfica, cultural y espiritual; y cuando callamos y no rechazamos las leyes y políticas de extranjería de nuestro Estado o los reglamentos de la Unión Europea, tan absurdas e inhumanas» [1].
Desde el 25 al 27 de abril, en el Seminario Diocesano de La Laguna,
diócesis nivariense, ha tenido lugar la Jornada Anual de Justicia y Paz [2],
bajo el lema Derechos Humanos y Migraciones, en la que profundizar
sobre la grave situación a la que se enfrentan las personas que se ven
obligadas a emigrar huyendo de la pobreza y las guerras. Nos reunimos unas 40
personas en un encuentro coordinado y participado junto con Cáritas, la
Delegación de Migraciones de Tenerife, la Fundación Buen Samaritano y el
Instituto Canario de Animación Social.
La jornada se inauguró con la bienvenida de representantes
de las Comisiones de Justicia y Paz organizadoras, así como del administrador
apostólico de Tenerife, Antonio Manuel Pérez, y del próximo obispo, Mons. Eloy
Santiago. También intervino el obispo de Gran Canaria, Mons. José Mazuelos. Mons.
Fernando García, presidente de la Subcomisión Episcopal de Migraciones y
Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal Española, centró el tema
desde el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia. Abordó la
dignidad humana, el bien común y el destino universal de los bienes, destacando
la urgencia de una autoridad mundial para gestionar mejor las migraciones.
Además, propuso varios caminos para fomentar comunidades más acogedoras [3],
incluyendo el trabajo en red, la participación activa de las personas migrantes
y el cuidado de la dimensión espiritual y social de la fe.
A continuación, Alberto Ares, director de JRS Europa, disertó sobre el "Pacto Europeo de Migración y Asilo". Preocupa la implementación de procedimientos fronterizos acelerados y la externalización de responsabilidades hacia terceros países. Exhortó a retejer nuevos lazos para crear una comunidad más fuerte y a testimoniar la esperanza. Acto seguido, Diego Fernández, de Cáritas Española, nos habló del "Nuevo Reglamento de Extranjería", que entra en vigor el 20 de mayo. Abordó las dificultades que enfrentan las personas en situación irregular, así como la necesidad de vías de migración seguras y accesibles, especialmente en el contexto de la reagrupación familiar. Además, mencionó los cambios en los plazos de arraigo y la incompatibilidad con la protección internacional, lo que genera incertidumbre y preocupación entre las personas migrantes. La conclusión de la tarde fue el llamamiento a la acción para garantizar que las políticas migratorias respeten los derechos humanos y fomenten una sociedad más justa y solidaria.
El sábado tuvo lugar un primer acto denominado "En primera
persona" en la que participaron personas migrantes y
representantes de Cruz Roja, Cáritas Tenerife, Proyecto Sansofé y Manos Unidas,
entidades que trabajan en el día a día de la migración en Canarias. Destacaron
la importancia de la acogida, la protección y la integración de las personas
migrantes. Contaron los desafíos que enfrentan, como las barreras burocráticas
y la necesidad de sensibilización y movilización comunitaria para mejorar su
situación. Además, se enfatizó la importancia de trabajar en los países de
origen para abordar las causas de la migración y promover una economía más
justa y sostenible.
Posteriormente, en la mesa redonda "Respuestas políticas ante los flujos migratorios" hubo falta de representación política, destacando la ausencia de portavocías políticas y la importancia de trabajar en las causas de las desigualdades. Yolanda Baumgartner, directora insular de Acción Social, explicó los esfuerzos del Cabildo de Tenerife en la gestión de recursos limitados para apoyar a las personas migrantes y menores extranjeras no acompañadas, enfatizando la necesidad de colaboración y concienciación. Agustin Marie Ndour presentó la iniciativa legislativa popular del partido Por un Mundo Más Justo, centrada en la regularización extraordinaria de inmigrantes y la importancia de abordar el tema migratorio desde una perspectiva global que incluya el origen, tránsito y acogida.
En el trabajo de grupos del final de la mañana se destacó
la relevancia de trabajar en red, del diálogo interreligioso, de saber
reconocer que las acciones locales tienen repercusiones globales y de
confrontar los discursos antimigración con información y esperanza, promoviendo
una actitud de escucha activa y respeto. Vemos necesaria la educación y el
fomento de comunidades de encuentro que sean integradoras -incluyendo a las
personas migrantes- en un marco de derechos humanos y solidaridad.
La tarde del sábado se inició con la presentación del programa de la Fundación
El Buen Samaritano, realizada por tres jóvenes acogidos en dicha entidad:
Usman, Abibou y Mor, quienes nos hablaron del conjunto de proyectos y
actividades de la Fundación en Tenerife y en los países de origen, en concreto,
en Senegal. Además, aportaron su experiencia personal logrando conectar con
todas las personas que participaron en la Jornada y emocionarlas.
Somos los hijos del viento,
los que dejan su hogar con el alma rota,
los que abrazan la incertidumbre
como un frío que nunca se va.
Nacimos entre montañas y mares,
pero el hambre nos volvió nómadas.
Aprendimos a caminar sin sombra,
a cargar recuerdos como piedras en la espalda.
Las noches son largas
donde el idioma es un muro invisible
y el cielo parece un techo de cristal
que nunca podremos tocar.
Nos llaman extraños, nos ven como otros,
pero no saben que dentro de nosotros
late un corazón que añora las calles que nunca olvidaremos.
A veces, en la soledad del insomnio,
cerramos los ojos y volvemos a casa,
donde nuestras madres siguen esperando
con la mesa servida y la puerta entreabierta.
Pero el regreso es solo un sueño roto,
y nos recuerda que ya no somos de allá,
pero tampoco somos de aquí.
Mor
La humanidad está llamada a ser una familia y por ello el sufrimiento de cualquier persona no nos puede ser ajeno. En la esperanza de que un mundo más fraterno es posible y llegará, concluimos las jornadas con el compromiso de seguir caminando hacia una sociedad justa y acogedora, que participe de una vida más sencilla en fidelidad al Evangelio, para que los bienes de este mundo alcancen a todos los pueblos y nadie se vea obligado a emigrar.
Estos días se está celebrando el funeral del papa Francisco, siempre
comprometido con el problema de las migraciones. Desde aquí, hacemos un
reconocimiento a su vida, esfuerzo y desvelo que nos impulsa:
«Compartan su esperanza allá donde se encuentren, para
alentar, consolar, confortar y reanimar. Por favor, abran futuro, frecuenten el
futuro. Abran futuro, susciten posibilidades, generen alternativas, ayuden a
pensar y actuar de un modo diverso. Cuiden su relación diaria con el Cristo
resucitado y glorioso, y sean obreros de la caridad y sembradores de esperanza.
Caminen cantando y llorando, que las luchas y preocupaciones por la vida de los
últimos y por la creación amenazada no les quiten el gozo de la esperanza» [4].
Papa Francisco.
Comisión General Justicia y Paz
[1] Palabras de Arcadi Oliveres de un texto titulado "Acercarse,
con confianza y sin desfallecer, a la Paz", 2014.
[2] Jornada Justicia y Paz 2025 en
Tenerife: vídeos, fotos y documentos.
[3] Conferencia Episcopal Española. Comunidades Acogedoras y Misioneras.
Identidad y marco
de la pastoral con migrantes. Exhortación pastoral, 2024.
[4] Francisco. Udienza ai partecipanti all'Incontro
del Segretariato per la Giustizia sociale e l'Ecologia della Compagnia di Gesù, 07.11.2019.