Reproducimos a continuación una carta en la que dos congregaciones religiosas: La Salle y Maristas, expresan su decisión firme de llevar a cabo un proyecto de atención a personas migrantes: concretamente los "desplazados" que por unas razones u otras (guerras, persecuciones, hambrunas,...) tienen que abandonar sus casas, lugares de origen para ubicarse en otros espacios en los que el futuro es completamente incierto aunque al menos se hallen más a salvo de los motivos que les llevaron a dejar sus hogares.
Queridos
Hermanos, Colaboradores y Asociados de las Congregaciones de La Salle y Maristas, Saludos.
Hacia finales del 2014 nuestras dos congregaciones dialogaron sobre la mejor forma
de responder a la situación crítica de los desplazados en las fronteras de
diversos países de nuestro mundo de hoy. Las discusiones se enmarcaron en el
contexto de las llamadas de nuestros últimos capítulos generales que nos
exhortan a ir a “... nuevas tierras” (FMS) y “... más allá de las fronteras”
(FSC).
Sabemos que estas expresiones no son meras referencias geográficas sino que también nos desafían a ir a las periferias de las limitaciones personales, culturales, congregacionales y estructurales.
Sabemos que estas expresiones no son meras referencias geográficas sino que también nos desafían a ir a las periferias de las limitaciones personales, culturales, congregacionales y estructurales.
Como
muchos de ustedes, nos hemos inspirado en la carta apostólica que el Papa Francisco
dirigió a todos los consagrados (noviembre de 2014) instándonos a considerar el
testimonio profético de las congregaciones que trabajan unidas. Siendo dos
familias de Hermanos que ya colaboramos, se nos ofrece ahora la oportunidad de
“… crear “otros espacios” donde podamos desarrollar la lógica evangélica del
don, de la fraternidad, de la acogida de la diversidad y del amor mutuo.”
Tras
una visita para recabar datos, a las fronteras del Líbano y Siria, llevada a
cabo por hermanos
de nuestras dos congregaciones, los diálogos con los hermanos in situ e inspirados por nuestros hermanos y colaboradores en Alepo, Beirut y Amán, les escribimos para
informarles de un proyecto conjunto de misión educativa para esa región, que ha
sido aprobado por los dos consejos generales.
Este
proyecto conjunto propone dos líneas de acción: en primer lugar, siguiendo las sugerencias de nuestros hermanos in situ, iniciaremos un proyecto de creación de espacios para
atender a los niños desplazados. Este proyecto piloto puede guiarnos para
diseñar obras futuras viables tanto en Medio Oriente como en otras partes del
mundo. En segundo lugar, vamos a establecer en el Líbano una Oficina
Internacional de Coordinación. Esta creación es necesaria para coordinar las
actividades del día a día. Esta oficina contará con la ayuda directa de las
unidades administrativas locales que actuarán como nuestros principales socios
a nivel local. Su conocimiento de la lengua, de la cultura, de los temas civiles
y jurídicos, es esencial.
Tras la
apertura de estas dos actividades, estaremos en mejor situación para decidir
sobre la ampliación de actividades que respondan a las necesidades de los
jóvenes marginados. Los destinatarios, niños y jóvenes, están en línea con
nuestros carismas y en el marco de nuestras competencias básicas: la educación
y la pastoral juvenil. A este proyecto conjunto lo hemos denominado Proyecto
Fratelli.
Daremos
a conocer el Proyecto Fratelli todas las Unidades Administrativas de nuestras
dos congregaciones como una nueva colaboración internacional e
intercongregacional, abierta a hermanos y colaboradores/asociados. Funcionará
bajo la dirección de los dos consejos generales que crearán un equipo para, en
un primer momento, ayudar a la cooperación con las Unidades Administrativas
locales y, posteriormente, con las unidades regionales o conferencias de
pertenencia.
En
última instancia, la visión de nuestros dos consejos generales se orienta a la
realidad
global
de las personas desplazadas, especialmente niños y jóvenes, y no simplemente a
la crisis actual de los refugiados de Oriente Medio. Por ejemplo, entran
también en nuestras miras los niños y los jóvenes que viven en los márgenes de
la sociedad, como la frontera entre Estados Unidos y México, y la región de
África Central.
En este
tipo de proyectos, permanecemos abiertos a la posibilidad de que otras
congregaciones
de hermanos se unan a nosotros.
Pongamos
esta iniciativa a favor de los niños y jóvenes vulnerables en las manos de nuestra
buena Madre.
Fraternalmente,
Hermano
Robert Schieler, FSC
Superior
General
Hermano
Emili Turú, FMS
Superior
General
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