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miércoles, 13 de noviembre de 2024

Era el momento de la Subsidiariedad

En toda la situación que se ha vivido y se sigue viviendo con la DANA se comprueba claramente lo que es y no es la SUBSIDIARIDAD, uno de los principios básicos de la Doctrina Social de la Iglesia.

¿Qué es o en qué consiste la subsidiariedad?.

Juan Souto Coelho, profesor de la D.S.I. cuando estaba en la Universidad Pontificia de Salamanca, la define muy ampliamente y describe con rigor en su escrito Hablamos de la Subsidiariedad, escrito que recomendamos a quien quiera conocer con detalle este principio de la D.S.I.

También la Wikipedia nos habla de él y dice: “El principio de subsidiariedad es sobre todo un principio de competencia que señala qué nivel jerárquico está habilitado para actuar en determinados casos. Así, cuando los ciudadanos pueden alcanzar adecuadamente sus fines, las autoridades estatales son incompetentes para entrometerse en sus asuntos. En este sentido, un asunto debe ser resuelto por la autoridad (normativa, política o económica) más próxima al objeto del problema.

La DANA y la subsidiariedad.

Había un problema. El primer aviso de la AEMET fue el miércoles 23 de octubre y el 29 de octubre a las 07:36 horas de la mañana la AEMET lanzó el primer aviso rojo. Ésa es la verdad que deja fuera de lugar muchos bulos, entre otros como el de que “la AEMET no avisó de nada”.

¿Quién tenía que haber dado curso a ese aviso y hacerlo llegar a todas las autoridades competentes en Valencia y otros lugares para prevenir y evitar la magnitud del desastre?. Ésta es la cuestión que aún a estas alturas sigue sirviendo de “piedra arrojadiza” entre Gobierno Central y Gobierno Autonómico y gobiernos municipales. Hay unas causas muy claras, en unas hay responsabilidad política de unos y de otros y otras son puramente naturales.

Descoordinación.

Primer error o dificultad que fue y es causa de ineficiencia en la prevención del desastre humano y material en la zona.

El principio de Subsidiariedad, de haberse puesto en práctica, hubiera llevado a que nada más darse el “aviso rojo” inmediatamente el Gobierno Central se comunicara con los responsables de la Confederación Hidrográfica del Júcar y con el presidente de la Comunidad Valenciana para activar todos los protocolos al instante y por todos los medios (no al cabo de horas y a través de un simple correo electrónico únicamente). Esa función o tarea no era responsabilidad de la ciudadanía ni de los alcaldes de los diversos municipios; y si se hubieran hecho las cosas así quizás habría habido igualmente muchos daños materiales pero se habrían salvado cientos y cientos de vidas humanas.

Irresponsabilidad.

El principio de Subsidiariedad indica que “un asunto debe ser resuelto por la autoridad más próxima al problema cuando la ciudadanía no pueda hacer frente a esa situación problemática”. En el caso de Valencia ha sido al revés: llegaron mucho antes las miles de personas voluntarias de distintos puntos del país incluso a “limpiar, buscar desaparecidos, reparar, asistir con alimentos, productos de limpieza, ropa y apoyo moral” mucho antes que lo que tenía que haber llegado por simple iniciativa de las administraciones públicas (estatal y autonómica). El propio presidente del Gobierno Español, llegó a decir: Están disponibles todos los recursos en cuanto se soliciten, como si el Gobierno Central fuera un agente externo, no supiera nada de lo que había y estaba sucediendo, o bien… ¿Acaso es necesario solicitar algo que es obligación y responsabilidad de quien tiene los medios adecuados para intervenir en una situación así?. Era, tengámoslo en cuenta, una situación excepcional, no era algo ordinario.

Las cosas en su sitio.

Unos partidos políticos y otros, en el poder o en la oposición, han intentado sacar réditos del desastre para “desgastar o desacreditar al otro”. Los bulos y la falta de honestidad de unos y otros sólo han servido para crispar y hacer más daño aún. Y seguimos sin aprender.

Sólo unas pocas formaciones políticas que, además, ni siquiera tienen representación parlamentaria –como RECORTES 0, M+J,…- han sabido estar en su sitio y se han volcado en apoyar y reforzar el enorme y maravilloso ejemplo de miles de jóvenes y otros no tan jóvenes que sí supieron desde el primer momento qué y cómo hacer y lo llevaron a la práctica “sin necesidad de que nadie les pidiera permiso para actuar”. Ellos han actuado conforme a lo que el principio de Subsidiariedad significa (cuando en realidad esto era obligación de los gobiernos nacional y autonómico), se han movilizado para minimizar o reducir todo lo que han podido la brutalidad del problema.

El principio de Subsidiariedad, en este caso concreto, debiera haber significado:

  1. Establecer protocolos de prevención del desastre ya desde el 23 de octubre donde se coordinaran el Gobierno Central, Confederación Hidrográfica del Júcar, Gobierno Autónomo Valenciano y Ayuntamientos.
  2. Merced a esta coordinación e inmediata comunicación tras recibir el “aviso rojo” activar todas las medidas ya desde las 7’37 h de la mañana del 29 de octubre para evitar todas las muertes que se han producido y se podrían haber evitado.
  3. También, gracias a esta coordinación y asunción de las responsabilidades de cada parte emprender las tareas de desescombro, limpieza, búsqueda de personas que hubieran desaparecido, etc… y coordinar al voluntariado que acudió a ayudar en todas esas tareas.

Eso hubiera sido vivir el principio de Subsidiariedad.


Santi Catalán
santi257@gmail.com

lunes, 11 de noviembre de 2024

Sólo la verdad construye la paz

Con los ojos fijos en Él, en la realidad y la fe. 

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz. Carta Nº 262– 10 noviembre 2024

“Vivimos en una época en la que la falsificación es cada vez más sofisticada... Cuántas historias nos narcotizan, convenciéndonos de que necesitamos continuamente tener, poseer, consumir para ser felices. Nos volvemos ávidos de chismes y de habladurías, consumimos violencia y falsedad… No hay historias humanas insignificantes o pequeñas…Debemos construir historias de paz, historias de futuro, tener la sabiduría para recibir y crear relatos bellos y verdaderos, necesitamos respirar la verdad, historias que construyan, no que destruyan". Papa Francisco, 24 de enero 2024

Vivimos en una época donde proliferan los bulos, las noticias falsas, los rumores y los chismes. Estos se difunden en todas partes y por diversos medios, imponiendo relatos que buscan manipular la opinión pública y, en la mayoría de los casos, distorsionan la realidad.

Esto ocurre en todos los países y en las situaciones más graves. Hay innumerables ejemplos en temas como catástrofes naturales (inundaciones, sequías, cambio climático), guerras (su origen, los hechos, los culpables, la justificación), genocidios, política (las elecciones de diferentes gobiernos), la Iglesia y las religiones… Basta con observar las fuentes para cuestionar lo que se afirma. Ecuador no escapa a esta realidad, y vemos estos relatos en torno a las graves crisis que enfrentamos actualmente en temas tan cruciales como la violencia, los apagones, la crisis económica y política, la justicia, la salud y la educación.

En estos relatos se inventan datos falsos, se culpa a otros, algunos se presentan como salvadores y se ocultan aspectos clave. Esta práctica abarca casi todo el espectro político, con sus relatos difundidos por medios afines y redes sociales como YouTube, TikTok y 'X', llenas de influencers, streamers y trolls. Además, ahora aprovechan la inteligencia artificial para crear 'realidades' inexistentes. Con un enfoque tendencioso, solo buscan el escándalo y manipular la opinión pública, encontrando más fácil confundir que informar y decir la verdad.

Se construye, de forma artificiosa y tendenciosa, una imagen que poco tiene que ver con la realidad y los problemas de quienes sufren. Del otro lado, un pueblo olvidado y silenciado queda sin capacidad de reacción ante el bombardeo mediático, sin herramientas críticas para detectar esas falacias disfrazadas de 'verdad'. Muchos aceptan y difunden estas falacias sin cuestionar ni verificar su veracidad.

Entendemos como relato un análisis equivocado de la realidad; los relatos no sólo no han muerto, sino que se multiplican con audiencias cada vez mayores […] y no es posible refutarlos solo con hechos. Pueden explicarse únicamente mediante el análisis de las causas […] y las motivaciones que impulsan a actuar, porque en las ciencias sociales los hechos requieren explicación e interpretación” (James M. Buchanan). Sólo los datos verdaderos y certeros pueden combatir estos falsos relatos.

Lamentablemente, son pocos los espacios educativos y formativos que se dedican a crear conciencia y capacidad crítica en el pueblo, en las comunidades y en los movimientos sociales; es más fácil impulsar los sesgos que tiene la población a través de slogans de propaganda política.

A menudo se ignora la frase del Señor: Si ustedes permanecen en mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos; conocerán la verdad y la verdad los hará libres (Juan 8, 31-32). Debemos ver y comprender la realidad del dolor y sufrimiento popular, pero también poner de relieve las buenas noticias que generan cambios positivos. Son tantos los ejemplos de acciones de entrega y solidaridad impulsadas por las comunidades, sectores sociales y eclesiales comprometidos con nuestro pueblo, que son como la luz del mundo en este entorno de oscuridad (Mateo 5, 14-16) y como la levadura en la masa(Lucas 13, 20-21), provocando efectos multiplicadores que nos permiten enfrentar y superar la apatía y resignación actuales.

Ecuador necesita, de forma inaplazable, que construyamos relatos buenos, verdaderos y positivos desde las buenas prácticas que reflejan la realidad. Solo así podremos salir de la confusión y caminar hacia la justicia y la paz.  #ComuniquemosEsperanza

("Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas).


PARA LA REFLEXIÓN Y LA PRAXIS:

  • ¿De qué cosa nos habla esta Carta 262?. ¿Qué son los "bulos"?. ¿Los hay también en Canarias y España?. Pongamos ejemplos.
  • ¿Quién los promueve y para qué?. ¿Cómo podríamos desenmascarar sus finalidades y aportar el conocimiento de la verdad?.
  • ¿Cómo educar a nuestros hijos, cómo educar en la escuela,... para desarrollar el juicio crítico, la capacidad de llegar al conocimiento de la verdad, desenmascarar a quienes mienten y aportar lo que la sociedad necesita?.
  • ¿A qué podríamos comprometernos en nuestras familias, en nuestras parroquias o comunidades cristianas, en nuestros ámbitos de militancia social, medioambiental, etc... para ser levadura y luz en el mundo?.

sábado, 9 de noviembre de 2024

Criterios para el Bien Común

Estos días leía en Facebook este apunte:

Elon Musk en redes sociales: “Starship es ahora más del doble de potente que el cohete lunar Saturno V y, dentro de un año aproximadamente, será tres veces más potente, con 10.000 toneladas métricas de empuje. Lo más importante es que está diseñado para ser totalmente reutilizable, quemando aproximadamente un 80 % de oxígeno líquido y aproximadamente un 20 % de metano líquido (un propulsor de muy bajo costo). Esto permite que el coste por tonelada en órbita sea aproximadamente un 10.000% inferior al de Saturno V. La nave espacial es la diferencia entre ser una civilización multiplanetaria o de un solo planeta. Construir un nuevo mundo en Marte ahora es posible.”

Ante los aplausos de no pocos a tal apunte no me resistí a aportar lo que pensaba este menda al respecto que, por cierto, no gustó a muchos de los que aplaudían tal cosa de Elon Musk, es más, casi llegaban al orgasmo hablando maravillas de las nuevas máquinas de matar “tan eficientes”, etc… (en fin, no voy a entrar en detalles porque no es ésa la intención de esta reflexión).

La usura, los atentados contra la propiedad del otro, el afán de dominio sobre el otro, el desprecio hacia lo comunitario, el egocentrismo, el narcisismo capitalista,… son simples muestras de una egolatría que nada tiene que ver con el BIEN COMÚN ni la fraternidad universal, más bien son su antítesis.

Observar la realidad global con todas sus relaciones.

Éste es uno de los criterios esenciales para la construcción del Bien Común.. Necesitamos pararnos a mirar (no sólo ver) la realidad global que siempre es mucho más que la suma de todos sus elementos y ese “mucho más” se refiere a algo que no se detecta a simple vista: es el conjunto de RELACIONES existentes entre esos elementos.

De ahí la importancia de preservar el equilibrio ecológico (no sobra ninguna especie animal ni vegetal, todas están conectadas, todas cumplen una o varias funciones que son esenciales para la pervivencia de todos en armonía). No sobra ninguna cultura, ninguna civilización; ninguna raza o pueblo tienen la autoridad moral de aniquilar o subyugar a nadie ni sus intereses respectivos son más lícitos que los de otros pueblos.

Dialogar, buscar en ese diálogo la armonía.

Es consecuencia de esa mirada sobre la realidad global. No somos todos iguales aunque tengamos una misma dignidad humana; tenemos distintos códigos de comunicación, diferentes criterios de actuación, perspectivas distintas,… que nos llevan, no pocas veces, a conflictos que no siempre hemos sabido manejar bien sino al contrario.

Necesitamos sentarnos con el otro y dejar en la puerta de fuera nuestros prejuicios, nuestros méritos, poderes, fama, riquezas, prestigio y demás bobadas para quedarnos únicamente con nuestro ser interno, nuestra más esencial humanidad y desde ella dialogar con el otro, ver en qué y cómo nos afectará a todos y a nuestro entorno natural cualquier proyecto y decisión que tomemos de llevar a cabo cualquier plan. Esto requiere empatía, por supuesto, para podernos entender. Si no nos abrimos al otro y no nos dejamos interpelar por el otro... no habrá posibilidad de obtener el Bien Común.

No dejar a nadie atrás.

Cuando llegamos al punto de conocernos más o menos a fondo, más allá de lo aparente, nos damos cuenta de cuánto tenemos en común. Eso común es muchísimo mayor y de muchísima mayor importancia que todas nuestras diferencias y es entonces cuando arranca la actitud que nos lleva a emprender aquellas acciones que más nos beneficien, pero sin descuidar el bien para todos los demás. “El otro es otro yo”; en el momento en que interiorizamos esto comprendemos que anhelar nuestro bien es querer el del otro con el mismo tesón. Así se construye el Bien Común.

De ahí la importancia de vivir la “empatía” que necesitamos desarrollar en todos los ámbitos en los que nos desenvolvamos hasta lograr que todos esos ambientes respiren de “empatía colectiva”. Las guerras y todo tipo de violencia, el empobrecimiento de personas y pueblos enteros, la economía especulativa, el afán de acumular riquezas mientras otros mueren de hambre,… son muestras clarísimas de la ausencia total de esta empatía.

No hablamos de utopías, hablamos del camino a seguir.

¿Progreso?, ¡sí! pero no a costa de todo y de todos. Un progreso de unos pocos a costa del mal para el resto no es progreso, es barbarie, es retroceso de nuestra dignidad humana, es destrucción de la humanidad, es fracaso de nuestro papel central en la Creación.

Esas claves mencionadas anteriormente para vivir el BIEN COMÚN no son las únicas pero son básicas para echarlo a andar. Ojalá en todo proyecto individual o colectivo se tuvieran en cuenta y se buscaran las maneras de vivirlas, hacerlas evidentes.

Y, como siempre, al final cada cual elige: o ser parte del problema… o ser parte de la solución. Comparemos los modelos que tenemos delante, veamos sus pros y contras, a qué nos lleva cada uno de ellos y luego decidamos… y en la decisión tomada impliquémonos a fondo si de verdad creemos que es la adecuada.

Santi Catalán

santi257@gmail.com

jueves, 7 de noviembre de 2024

Neurosis de posesión

32 Tiempo ordinario – B
(Marcos 12,38-44)
Evangelio del 10 / Nov / 2024
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-xxxii-domingo-del-tiempo-ordinario-2/?occurrence=2024-11-10&nskip=55664

Una de las aportaciones más valiosas del evangelio al hombre contemporáneo es la de ayudarle a vivir con un sentido más humano en medio de una sociedad enferma de «neurosis de posesión».

El modelo de sociedad y de convivencia que configura nuestro vivir diario está basado no en lo que cada persona es, sino en lo que cada persona tiene. Lo importante es «tener» dinero, prestigio, poder, autoridad… El que posee esto sale adelante y triunfa en la vida. El que no logra algo de esto queda descalificado.

Desde los primeros años, al niño se le educa más para «tener» que para «ser». Lo que interesa es que se capacite para que el día de mañana «tenga» una posición, unos ingresos, un nombre, una seguridad. Así, casi inconscientemente, preparamos a las nuevas generaciones para la competencia y la rivalidad.

Vivimos en un modelo de sociedad que fácilmente empobrece a las personas. La demanda de afecto, ternura y amistad que late en todo ser humano es atendida con objetos. La comunicación queda sustituida por la posesión de cosas.

Las personas se acostumbran a valorarse a sí mismas por lo que poseen. Y, de esta manera, corren el riesgo de irse incapacitando para el amor, la ternura, el servicio generoso, la ayuda solidaria, el sentido gratuito de la vida. Esta sociedad no ayuda a crecer en amistad, solidaridad y preocupación por los derechos del otro.

Por eso cobra especial relieve en nuestros días la invitación de Jesús a valorar a la persona desde su capacidad de servicio y solidaridad. La grandeza de una vida se mide en último término no por los conocimientos que posee, ni por los bienes que ha conseguido acumular, ni por el éxito que ha podido alcanzar, sino por la capacidad de servir y ayudar a otros a vivir de manera más humana.

Cuántas gentes humildes, como la viuda del evangelio, aportan más a la humanización de nuestra sociedad con su vida sencilla de solidaridad y ayuda generosa a los necesitados que muchos protagonistas de la vida social, política o religiosa, hábiles defensores de sus intereses, su protagonismo y su posición.


José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/32-tiempo-ordinario-b-marcos-1238-44-3/

martes, 5 de noviembre de 2024

¿Terrible DANA?, ¿terrible el ser humano?

Durante toda la historia los seres humanos hemos estado siempre en guerra unos con otros (actualmente hay unas 56 guerras activas en las cuales mueren unos 150.000 soldados al año, y unos 100.000 bebés mueren también cada año, por impactos derivados de las guerras), pero desde hace unos dos siglos hemos iniciado una terrible guerra nueva, la guerra contra el planeta, contra nuestra Madre, la Tierra, que nos estuvo sosteniendo vivos durante miles de años.

lunes, 4 de noviembre de 2024

Instituciones construyen sociedad

Con los ojos fijos en Él, en la realidad y la fe. 

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz. Carta Nº 261– 3 noviembre 2024

“Los ciudadanos no confían en las instituciones, a las que ven "alejadas" de ellos y "culpables" de normas que consideran insensibles e incluso perjudiciales”. Papa Francisco.

sábado, 2 de noviembre de 2024

Tengamos dignidad

No tengo televisión en mi casa, ni la quiero ni necesito tampoco, pero escucho las emisoras de radio, leo las noticias en internet desde distintos medios: noticieros, redes sociales,…

Nací en tierra adentro de la provincia de Castellón, el Alto Mijares, y mi familia se halla disperdigada entre esta provincia, Valencia, Barcelona,…