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sábado, 13 de agosto de 2016

Misericordia

Estamos en el "año de la Misericordia" (empezó el 8 de diciembre de 2015 y concluirá el 20 de noviembre de 2016). Este año jubilar se celebra en toda la Iglesia Cristiana Católica de todo el mundo y tiene como texto de referencia la carta "Misericordiae Vultus", del Papa Francisco.
En la Diócesis Nivariense se nos ofrece un folleto editado con la intención de ayudar a ahondar (leer con atención, reflexionar, dialogar en comunidad, buscar caminos o maneras de llegar a conclusiones prácticas) en lo que MISERICORDIA significa:
Existen al respecto múltiples publicaciones que pueden ayudarnos en esta reflexión para poder llegar a una praxis coherente. Tal es el caso de la publicación "Fe adulta" que en no pocos artículos va actualizando el significado de esta palabra:
La MISERICORDIA nace de Dios.

Es la primera y principal conclusión que podemos obtener tanto de la lectura de estos textos anteriores como de la reflexión sobre nuestras propias vidas.
Quien tiene experiencia de saberse amado, sabrá lo que es amar; quien haya sentido la el perdón recibido de otros... sabrá lo que es el perdón.
Por lo tanto, para poder entender lo que es la MISERICORDIA tendrá que haberla experimentado en sí. Y ¿quién más misericordioso que Dios mismo?, ¿de quién, si no, podremos experimentar mayor misericordia sino de Él?.
Obviamente para reconocer esa misericordia hace falta por nuestra parte no sólo la fe en Él sino también la humildad: esa cualidad que nos permite reconocer las cosas como son, reconocer a Dios tal cual es y reconocernos a nosotros tal como somos; reconocer nuestros errores, nuestra necesidad de perdón, de reconciliación, de vuelta a la unidad con Él, con el entorno social y natural, con nosotros mismos... y cuando nuestro orgullo o cerrazón nos impida hacer lo que entendemos que debiera ser lo coherente con nuestra fe... hallar en Él la fortaleza y capacidad de actuar conforme Él haría.

La Palabra nos ilustra y nos envía a la misión.

Ahí tenemos la "parábola del Buen Samaritano": (Lc. 10,29-35) cuando ese Buen Samaritano es Jesús mismo ante nuestra humanidad caída pero al mismo tiempo es llamada a vivir su ejemplo: "Vete y haz tú lo mismo".
Esa misericordia no sabe de distingos: es universal, es para todos, para los cercanos como para los que son del todo desconocidos, incluso los antagónicos (judíos y samaritanos no se hablaban); es una misericordia que es libre de cualquier planteamiento legalista y busca a la persona por encima de todo; es una misericordia cuyo primer impulso se expresa en ACERCARSE, tomar contacto, interés por el otro y no sólo eso sino que lleva al compromiso:
  1. No hay sólo ayuda material (cosas) sino también entrega de uno mismo (el samaritano rectifica el plan inicial por atender al herido y prioriza lo que el herido necesita sobre su propio interés personal) aunque para ello, además, deba entregar su tiempo.
  2. No se limita únicamente a aliviar los males sino que busca la total recuperación del herido y pone los medios para que esa total rehabilitación sea una realidad (pacto con el posadero).
La Iglesia nos invita al compromiso concreto.

Las llamadas "obras de MISERICORDIA" son ejemplo de ello. A través de ellas la Iglesia ha intentado traducir lo que el evangelio de Mateo capítulo 25 dice acerca de lo que es "amar al otro" y saber descubrir en cada ser humano la presencia de Dios en él.
Estas OBRAS DE MISERICORDIA se han formulado de la siguiente manera:


A)- CORPORALES:
  1. Dar de comer al hambriento.
  2. Dar de beber al sediento.
  3. Vestir al desnudo.
  4. Dar posada al peregrino.
  5. Visitar al enfermo.
  6. Redimir al cautivo.
  7. Enterrar a los muertos.
B)- ESPIRITUALES:
  1. Enseñar al que no sabe.
  2. Dar consejo al que lo necesita.
  3. Corregir al que yerra.
  4. Perdonar las injurias.
  5. Consolar al triste.
  6. Sufrir con paciencia los defectos del prójimo.
  7. Rogar a Dios por los vivos y los difuntos.
PARA AMPLIAR:
Bastaría con leer con detenimiento los enlaces-web que a lo largo de esta entrada hemos propuesto:

PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
Cualquier comunidad cristiana, movimiento cristiano, cualquier familia,... pueden establecer su propio proceso de reflexión al respecto y adoptar las conclusiones prácticas que crea convenientes para llevar esta teoría a la práctica (una práctica que vaya más al espíritu que a la letra: no se trata de hacer cosas "para cumplir el expediente", se trata de vivir el sentido de cada compromiso):
  • Hay quienes decidieron distribuir las "obras de misericordia" a lo largo del año y hacer especial hincapié en una de ellas cada 3 ó 4 semanas.
  • Otros se proponen una cada día (corporal+espiritual) de lunes a domingo y así todo el año.
  • ...
  • Cada cual elija o ponga en marcha la forma que crea más adecuada.

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