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jueves, 30 de enero de 2020

Fe sencilla


Presentación del Señor – A (Lucas 2,22-40)
Evangelio del 02 / Feb / 2020

El relato del nacimiento de Jesús es desconcertante. Según Lucas, Jesús nace en un pueblo en el que no hay sitio para acogerlo. Los pastores lo han tenido que buscar por todo Belén hasta que lo han encontrado en un lugar apartado, recostado en un pesebre, sin más testigos que sus padres.

jueves, 23 de enero de 2020

¿En qué hemos de cambiar?


3 Tiempo ordinario – A (Mateo 4,12-23)
Evangelio del 26 / Ene / 2020

No es difícil resumir el mensaje de Jesús: Dios no es un ser indiferente y lejano, que se mueve en su mundo, interesado sólo por su honor y sus derechos. Es alguien que busca para todos lo mejor. Su fuerza salvadora está actuando en lo más hondo de la vida. Sólo quiere la colaboración de sus criaturas para conducir al mundo a su plenitud: «El reino de Dios está cerca. Cambiad».

jueves, 16 de enero de 2020

Lo primero


2 Tiempo ordinario – A (Juan 1,29-34)
Evangelio del 19 / Ene / 2020 

Algunos ambientes cristianos del siglo I tuvieron mucho interés en no ser confundidos con los seguidores del Bautista. La diferencia, según ellos, era abismal. Los «bautistas» vivían de un rito externo que no transformaba a las personas: un bautismo de agua.

jueves, 9 de enero de 2020

Experiencia personal


Bautismo del Señor – A (Mateo 3,13-17)
Evangelio del 12 / Ene / 2020

El encuentro con Juan Bautista fue para Jesús una experiencia que dio un giro a su vida. Después del bautismo del Jordán, Jesús no vuelve ya a su trabajo de Nazaret; tampoco se adhiere al movimiento del Bautista. Su vida se centra ahora en un único objetivo: gritar a todos la Buena Noticia de un Dios que quiere salvar al ser humano.

jueves, 2 de enero de 2020

Aprender a adorar a Dios


Epifanía del Señor – A (Mateo 2,1-12)
Evangelio del 06 / Ene / 2020

Hoy se habla mucho de crisis de fe, pero apenas se dice algo sobre la crisis del sentimiento religioso. Y, sin embargo, como apunta algún teólogo, el drama del hombre contemporáneo no es, tal vez, su incapacidad para creer, sino su dificultad para sentir a Dios como Dios.