Creación
de refugio seguro: Las personas refugiadas y la dignidad humana.
26.10.2016
12:38
Europa
se encuentra ante una encrucijada: ¿Va a mostrar un liderazgo basado en su
compromiso con los valores de los derechos humanos y la solidaridad, o va a
optar por excluir a las personas refugiadas del acceso a una vida digna y
segura, dando paso a las agendas nacionalistas y populistas?. La Conferencia de
Comisiones de Justicia y Paz de Europa (Justicia y Paz de Europa) hace un
llamamiento a las instituciones europeas, a los Estados miembros de la UE y a
otros países europeos a asumir la responsabilidad de garantizar a las personas
refugiadas el acceso al asilo y a un nivel de vida digno.
Justicia
y Paz de Europa tiene serias preocupaciones con respecto al actual debate
público y con algunas decisiones tomadas en los países europeos y sus
instituciones sobre la cuestión de las personas refugiadas. Su llegada es
utilizada por varios partidos políticos para impulsar otras agendas en muchas
partes de Europa, por ejemplo, campañas anti-UE y xenófobas. Esto da lugar a un
debate muy polarizado, arrojando sospechas sobre las personas refugiadas y
creando división en nuestras comunidades. Dentro de esta retórica se está
olvidando cada vez más la humanidad, tanto
la propia como la de quienes llegan buscando refugio.
En
Europa se ha vinculado la llegada de las personas refugiadas con los ataques
terroristas. Existe miedo de que puedan traer a Europa algunos extremismos y
radicalismos desde los países de origen. Los desafíos a la seguridad en Europa
son reales y aumentarán si tienen lugar más ataques terroristas en este
continente. Sin embargo, equiparar persona refugiada a terrorista solo incide
en la agenda terrorista del odio y la desilusión. El extremismo y la radicalización
existente en su propio país son, en realidad, los motivos por los que las
personas refugiadas huyen de sus hogares. Se merecen nuestro apoyo. Así la
protección de las libertades fundamentales y de la seguridad física, tanto de
la ciudadanía europea como de las personas refugiadas, son dos caras de la
misma moneda.
Para
Justicia y Paz de Europa, es crucial expresar de manera conjunta los valores
fundamentales de los derechos humanos, la solidaridad y la hospitalidad. En lo
que respecta a las personas refugiadas, el trabajo de Justicia y Paz Europa se
basa en tres principios fundamentales: la centralidad de la persona, la
solidaridad y la hospitalidad. En primer lugar, cada ser humano tiene un
derecho inalienable de ser respetado en su vida, dignidad y vida social. En
segundo lugar, cada ser humano es un ser relacional y es parte de una misma
familia humana, independientemente de su nacionalidad, origen cultural o
tradición religiosa. Esta interdependencia exige una solidaridad concreta entre
los pueblos y los estados. En tercer lugar, la hospitalidad une la centralidad
de la persona con el principio de solidaridad. Una comunidad hospitalaria y
acogedora sirve al desarrollo integral de cada persona y de la comunidad en su
conjunto. Estos principios están estrechamente entrelazados con los
instrumentos internacionales de derechos humanos en los que se enfatiza el
valor único de cada ser humano. Las personas refugiadas dependen de la
solidaridad y la hospitalidad de otras comunidades para garantizar sus derechos
humanos como personas únicas.
Al
reflexionar sobre la situación humanitaria de las personas refugiadas en todo
el mundo, Justicia y Paz de Europa aboga por un enfoque integral, tanto en el
análisis como en la acción. La violencia y la guerra persistente, la
desigualdad en el mundo, la opresión política y las violaciones de los derechos
humanos, los efectos negativos del cambio climático son sólo algunas de las
causas fundamentales que hacen que las personas abandonen sus hogares en busca
de seguridad y dignidad humana. Abordar estas causas fundamentales requiere
invertir en una economía sostenible, en solidaridad global y en el comercio,
poniendo en su núcleo los derechos humanos y la igualdad social.
En
lugar de enfocar la situación desde una perspectiva de derechos humanos, muchas
personas de la vida política y civil en Europa tienden a ver a las personas
refugiadas como una amenaza para la comunidad europea y su seguridad. Esta
línea de pensamiento descuida principalmente parte de la propia experiencia
histórica de Europa en lo que respecta a la migración (forzada) y renuncia a
los ejemplos de la migración como conductora de nuevas ideas y oportunidades.
Tratar a las personas refugiadas como una amenaza puede tener graves
consecuencias prácticas para Europa como actor normativo: las decisiones de
política violan los derechos humanos de las personas refugiadas, en particular
el derecho a la vida, el derecho a solicitar asilo y el principio de no devolución.
En algunos casos se ha añadido, en lugar de resolver, la crisis humanitaria de
muchos refugiados en Jordania, Turquía, Libia, y en países europeos como
Grecia, a la crisis en la que se encuentran estos mismos países.
Justicia
y Paz de Europa aboga por un cambio en el enfoque de la acogida, en el proceso
de solicitud de asilo y en la integración de las personas refugiadas. Justicia
y Paz de Europa quiere dar prioridad a los derechos humanos como parte de una
respuesta inclusiva, en combinación con las medidas de seguridad apropiadas.
Esto supone volver a evaluar el equilibrio entre libertad y seguridad. Para
ello es necesario que los países y las instituciones europeas fomenten una
visión y definición compartida de los valores fundamentales de los derechos
humanos que promueven y se re-identifiquen con los principios de solidaridad,
dignidad humana y diversidad.
Hacemos
un llamamiento a todas las instituciones europeas, los Estados miembros de la
UE y otros países europeos a:
- Abordar la cuestión de las personas refugiadas desde un análisis holístico: reducir los factores que empujan a las personas refugiadas, tratando las causas fundamentales de la violencia y las violaciones de los derechos humanos, mediante la aplicación, entre otras, de políticas económicas, de desarrollo, comercio, política exterior y de seguridad que estén enraizadas en los derechos humanos (sociales) y la justicia social. Esto lleva consigo tanto obligaciones positivas como negativas. Por un lado, significa abstenerse de hacer tratos con países con un historial cuestionable en derechos humanos por el mero propósito de prevenir que las personas refugiadas lleguen a Europa. Por otra parte, se requiere que Europa muestre su solidaridad con los países que ya acogen a un número relativamente alto de personas refugiadas.
- Abrir posibilidades para el pasaje seguro a Europa: salvar vidas y disminuir el sufrimiento humano mediante la inversión en vías legales de acceso a Europa para que las personas puedan hacer uso del derecho a solicitar asilo. Intensificar los esfuerzos de reasentamiento y la ampliación de la reunificación familiar, las visas humanitarias y las opciones de visados de trabajo/estudio. Encontramos preocupante vincular el pasaje seguro con los acuerdos de readmisión con terceros países, ya que impide el derecho de asilo de las personas refugiadas de una forma segura.
- Crear un sistema europeo de asilo que integre la solidaridad entre los países europeos: establecer un reparto justo, el Reglamento de Dublín debe ampliarse para incluir un sistema automático de reubicación. Al mismo tiempo, lo que se requiere es una simplificación y adhesión estricta a sus normas, con el fin de que el sistema funcione a un nivel práctico. Una mayor armonización de los procesos de asilo debe tener los derechos de las personas refugiadas como su prioridad, ya que la ambigüedad y la desigualdad de oportunidades en toda Europa conducen a problemas para quienes llegan buscando refugio y para los habitantes de los países europeos. Este proceso de armonización tiene que ser coherente con los principios fundadores de la Unión Europea y sus libertades fundamentales.
- Invertir en solidaridad local en lugar de alimentar la polarización: desde la política europea se puede tomar como ejemplo a las personas que han llegado a toda Europa para organizar una amplia gama de iniciativas de solidaridad en colaboración con las personas refugiadas y hacia ellas. No es decir únicamente que estas personas no tienen temores y preocupaciones, sino que optan por trabajar a partir de los principios de los derechos humanos y la solidaridad, y son a la vez eficaces y estimulantes.
La
Conferencia de Comisiones de Justicia y Paz de Europa (Justicia y Paz de
Europa) es la alianza de 31 Comisiones europeas de Justicia y Paz, trabajando
para la promoción de la justicia social, la paz y el respeto a la dignidad
humana. Justicia y Paz de Europa contribuye a dar a conocer la Doctrina social
de la Iglesia en las sociedades e instituciones europeas. Su Secretaría General
tiene la sede en Bruselas.
Contacto:
secretary@jupax-europa.org
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