Son MAESTROS, tienen el título de Magisterio como lo pueda tener cualquier otro maestro en E. Infantil y Primaria.
Son PROFESIONALES como la copa de un pino que están siempre en proceso de formación permanente, aplicando los saberes, innovando, buscando la calidad en la enseñanza y al mismo tiempo la integración y promoción de todo el alumnado (no sólo del que más y mejores medios tenga).
Son TRABAJADORES, OBREROS DE LA ENSEÑANZA como lo puede ser cualquier docente tengan o no oposiciones y, por lo tanto, son acreedores a los mismos derechos y deberes que el resto de los trabajadores, del mundo obrero.
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Pero en otro tiempo fueron utilizados como moneda de cambio por unos y por otros.
Se les ha insultado durante décadas y se les ha catalogado A TODOS de ser "catequistas que se ponen a dar clase sin tener titulación" (algunos estuvieron en ese caso hace décadas pero desde hace ya más de 15 años no queda ni uno solo que no tenga todas las titulaciones correspondientes... pero se les sigue descalificando igual).
Han sido sistemáticamente ignorados, despreciados y excluidos de los derechos laborales que como trabajadores merecen por sindicatos que se dicen "obreros" como CC.OO., UGT, STE,... para quienes los maestros y maestras de Religión ni existen siquiera y no sólo eso sino que arremeten contra ellos con toda clase de vejaciones, insultos y desprecios.
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Un profesor o profesora de Religión hoy no tiene derecho a paro ni a percibir indemnización o liquidación alguna si por decisión de la Administración Pública -como así ha sido últimamente- le dejan sin horas de clase y también sin ofrecer alternativa compensatoria alguna (lo sé por experiencia además). Obviamente si es este profesional quien decide irse tampoco percibe nada de nada.
Una profesora o profesor de Religión (son mayoría aplastante las mujeres en este colectivo)recibe un 25% menos de sueldo -como mínimo- que cualquier otro docente a igual carga horaria y responsabilidades adjudicadas.
Al profesorado de Religión se le exige todo lo que a cualquier otro docente pero se hace con él lo que le venga en gana desde todas partes y se juega con su estabilidad personal-laboral, con su familia y su dignidad como si fuera un simple monigote al capricho de los gobernantes de turno en una autonomía o partido que mangonee el MECD sin que este profesorado pueda defenderse de ese mangoneo en nada.
Pero las maestras y maestros de Religión son PERSONAS, en primer lugar; tienen Derechos Humanos, son dignos trabajadores merecedores de un salario digno porque digno es su trabajo y porque digna es la misión y tarea que tienen encomendadas y reconocidas tanto por la Carta Universal de los Derechos Humanos (Art. 26.3), Constitución Española (Art. 27.2 y 3) y Declaración de Niza -Unión Europea- (Art.14).
Son comunicadores de un conocimiento serio, sistemático, razonable y objetivo del hecho religioso; aportan la posibilidad de encuentro y diálogo constante de la fe con la cultura en el ámbito docente (diálogo muchas veces roto por unos u otros y que bastantes tragedias ha causado ya en el pasado); dan ocasión al diálogo interreligioso, mutuo conocimiento y comprensión de sistemas y caminos para la relación con la divinidad y de relacionar la espiritualidad e interioridad con la praxis y trascendencia en la realidad; fomentan constantemente la educación en valores humanos tales como la amistad, tolerancia, solidaridad, paz, justicia, respeto y cuidado del Medio Ambiente,... de manera que la sociedad vaya creciendo en una mejor convivencia y fraternidad humanas.
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Razones por las cuales hoy quiero alzar la voz por ellos y ellas, maestras y maestros de Religión, pues la necesitan.
Recientemente y en aplicación de la LOMCE varias comunidades autónomas han adelantado ya que para el curso 2014/15 se suprimirá el 50% de la carga horaria de este profesorado (había dos sesiones de 45' y ahora quieren eliminar una de ellas) con lo cual se producirán como mínimo las siguientes consecuencias:
- En Canarias se perderán 400 puestos de trabajo en el conjunto de las 7 islas.
- Si ya los 90' que había hasta ahora era tiempo muy escaso para poder dar la asignatura de Religión de manera mínimamente digna, con la mitad de tiempo se convertirá en algo meramente testimonial.
- El derecho de las familias a que sus hijos puedan recibir formación en el hecho religioso quedará más que en entredicho porque... ¿qué amplitud y profundidad se podrá ofrecer con tan escaso margen de tiempo?. ¿Cómo garantizar que el Art. 27.3 de la Constitución Española tenga contenido si se le vacía de la posibilidad de tenerlo?.
Por lo tanto, no me queda otra que pedirles a todos, amigos, familiares, compañeros/as de trabajo,... que valoren estas ideas y apoyen una iniciativa que quiere colaborar en defender al colectivo de profesores y profesoras de Religión víctimas durante ya demasiados años de constantes acosos, vejaciones y desprecios de la propias administraciones públicas competentes aparte de ciertos sindicatos y partidos políticos para los que arremeter contra estos maestros y maestras y su asignatura se ha convertido en su obsesión favorita.
Enlace para firmar petición de "reconsideración de dejar la asignatura de Religión en una sola sesión semanal de 45':
Y una invitación a hacernos físicamente presentes quienes vivamos en las islas occidentales de Canarias:
Manifestación del lunes 23 de junio a las 12 en la Consejería de Educacióndel Gobierno de Canarias.
Y si quieres colaborar en la recogida de FIRMAS a pie de calle, imprime el siguiente archivo y presenta el siguiente documento a familiares, amigos, vecinos,... cualquier persona que esté por la libertad religiosa y el respeto a los derechos laborales del profesorado de Religión:
Excelente entrada que explica la verdadera situación del profesorado de Religión más allá de los mitos que difunden los medios de comunicación, al leerlo no he podido menos de sentirme orgulloso de pertenecer a este colectivo de profesionales de la enseñanza que ha mantenido el derecho a la enseñanza religiosa contra viento y marea. Lo milagroso casi es como a pesar de todos los ataques la clase de Religión sigue ahí, viva, escogida libremente y mayoritariamente por el alumnado. Gracias Santi, un abrazo, estamos en la misma lucha
ResponderEliminarMarcelo
Yo también, hermano, yo también me siento orgulloso de ser profesor de Religión. Y quiero dejar constancia que hace años, más de 20, yo era reacio a admitir esta asignatura en la escuela; consideraba ciertos los sofismas que a día de hoy vociferan como discos rayados los de I.U., P.S.O.E. y los sindicatos CC.OO. y UGT sobre todo (yo militaba en CC.OO. y era simpatizante-colaborador de Izquierda Unida)... pero un día decidí quitarme el bozal y las orejeras que tenía puestas y decidí mirar en todas direcciones, abrirme a la realidad TAL CUAL ES y empezar a llamar a las cosas por su nombre,... aunque ello molestara a todos (a los de izquierdas y a los de derechas) pero ya me daba y me da igual. No hay razón ya para engañarme a mí mismo ni seguir engañando tampoco a la sociedad.
ResponderEliminarGracias Marcelo por tu comentario.
Gracias por estas palabras en defensa del profesorado de religión y la dignidad de la asignatura. Tenemos que unirnos tod@s para defender un derecho que, además, está también en la mayoría de los países europeos. Como dice nuestro Arzobispo Mons.Jesús Sanz en su carta "La piqueta del poder" "no queremos usar la escuela para dar catequesis", ya que esta se da en las parroquias y familias, pero la religión tiene también una dimensión cultural e histórica que tiene su espacio en la escuela como asignatura... aunque necesitamos un mínimo de horas para impartirla con dignidad.
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