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martes, 27 de marzo de 2018

Semana Santa: Reflexión desde el sentido común


La religión de Jesús no fue una religión de religiosidad y de ritos, sino de compromiso liberador de los oprimidos.

Hemos oído decir muchas veces que Jesús murió por nuestros pecados, que gracias a su muerte hemos sido redimidos, que El reparó a Dios el daño que le causan nuestros pecados, que con su muerte reparó el pecado de Adán, que Dios tanto amó al mundo que entregó a su Hijo a la muerte, que incluso Dios quiso la muerte de su Hijo por nosotros, etc. Incluso en la liturgia de la Vigilia Pascual se lee que fue necesario el pecado de Adán, y ¡feliz la culpa que mereció tal Redentor!.